ES verdad que el emparejamiento entre Barcelona y Panathinaikos se podría catalogar como una final anticipada. Pero un Caja Laboral versus Maccabi también tiene un gran atractivo. Unos por su historial, y los otros por ser uno de los clubes de Europa que más ha crecido en los últimos años. Ante esta nueva gran cita europea el público del Buesa volvió a estar a la altura. También pudo verse las continuas charlas entre jugadores para darse ánimos, las veces que jugadores como Huertas o Ribas se acercaban al banquillo a resolver dudas con Dusko o las ocasiones en las que Teletovic jugó de espaldas a canasta, además de lo que ayudó en el rebote defensivo. Todas eran señales de que no era un partido cualquiera. Chuck Eidson siempre ha hecho grandes partidos contra el Baskonia. El martes, en cambio, tuvo pocas opciones de dejarse ver y, aunque fue de los máximos anotadores de su equipo, su juego no tuvo la repercusión de otras veces. El equipo vitoriano bajó la anotación habitual israelí en once puntos. Schortsanitis no fue determinante y, ante su ineficacia, su entrenador decidió prescindir de él. Hendrix se ganó el beneplácito de su técnico ya que estaba en todos los sitios. Se aprovechó de la falta de cierre del rebote baskonista para hacer daño. Todos los azulgranas que participaron en el juego acabaron con valoración positiva, entendiéndolo como que todos aportaron cosas positivas al equipo. Además, el Baskonia tuvo una gran solidez en el tiro exterior durante todo el encuentro, e hizo honor a su estatus de mejor equipo tanto en tiros anotados como en porcentajes. Siempre hemos dicho que los partidos más transcendentales son los impares, sobre todo el primero y el tercero, y éste último sólo en caso de que se haya perdido el segundo. Empezar ganando tiene un factor psicológico muy grande. De todas maneras, el Maccabi no se rindió hasta el pitido final y siguió presionando para reducir la ventaja, a pesar de que el partido lo tenía perdido. Eso dice mucho de ellos, y los vitorianos mejor harían en salir igual o más concentrados en el partido de hoy para no verse sorprendidos. El número de efectivos para este duelo, con sólo 48 horas de distancia, puede ser más positivo para los israelíes que para los baskonistas. Pero, conociendo a Dusko, seguro que arengará a los suyos a darlo todo esta noche.
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