Madrid. No se encuentra solo José Mourinho en su particular lucha contra el mundo. Está apoyado el técnico portugués por toda la parafernalia del madridismo y también por un presidente, Florentino Pérez, que ha dejado atrás la tradicional caballerosidad de la Casa Blanca para apoyar la batalla por las causas perdidas de un entrenador que olvida el pastizal que recibe el Real Madrid de las televisiones a las que tanto crítica por unos horarios que considera perjudiciales solo para sus intereses.

Florentino Pérez estuvo en el acto de entrega de insignias a los socios que cumplen veinticinco, cincuenta y sesenta años de vinculación con el club y en sus palabras iniciales comentó que "defender al Real Madrid de lo que es injusto también es madridismo, y eso hace nuestro entrenador".

El presidente madridista, poco habitual a la hora de hacer declaraciones, aseguró en el acto que se celebró en IFEMA, que "defender al Real Madrid de lo que creemos que es injusto, irregular y arbitrario también es madridismo, y eso es precisamente lo que hace nuestro entrenador", según recoge la página web del club. "Señorío es reconocer los méritos y victorias del adversario, pero también reconocer lo que es injusto y denunciar esas acciones irregulares, bien sea dentro o fuera de esta institución", añadió Pérez.

Se escapó el presidente del Real Madrid de su tradicional mutismo para ofrecer su apoyo absoluto a un Mourinho que amenazó el viernes con facilitar la victoria del Barcelona en la presente Liga si decide apostar en el derbi del próximo sábado contra el Atlético por alinear a los jugadores menos habituales por su enfado al tener que jugar contra los rojiblancos solo tres días después del partido de vuelta de los octavos de final de la Liga de Campeones ante el Olympique de Lyon, compromiso en el que el conjunto blanco se juega buena parte de la temporada.

Declaraciones, una vez más, que sirven para distorsionar la realidad, la de un Barça que parece inalcanzable para un Real Madrid que no va a regalar nada a unos culés con méritos sobrados para lograr el título de nuevo.