BARCELONA Valdés; Alves, Busquets, Abidal, Adriano (Maxwell, m.90); Mascherano (Keita, m.88), Xavi, Iniesta; Pedro, Messi y Villa (Afellay, m.82)

ARSENAL Szczesny (Almunia, m.19); Sagna, Djorou, Koscielny, Clichy; Wilshere, Diaby; Cesc (Bendtner, m.78), Rosicky (Arshavin, m.73), Nasri; y Van Persie.

Goles 1-0, m.45+3: Messi. 1-1, m. 53: Busquets (propia puerta). 2-1, m.68: Xavi. 3-1, m. 71: Messi.

Árbitro Massimo Busaca (Suiza). Mostró cartulina amarilla a Koscielny (m.16), Sagna (m.29), Wilshere (m.36), Van Persie (m.45+1), a quien expulsó por doble amonestación en el minuto 56.

Estadio Camp Nou. 95.486 espectadores.

BARCELONA. La maestría de Andrés Iniesta, fundamental en la dirección, y el carácter letal de Leo Messi, autor de dos tantos, llevaron ayer al Barcelona a los cuartos de final de la Liga de Campeones tras superar al Arsenal (3-1), en un partido que lo tuvo todo.

El Barça, que estuvo soberbio desde el minuto 25, sufrió demasiado. Marcó al borde del descanso y se encontró con un autogol de Sergio Busquets en el minuto 53. Una absurda expulsión de Robin van Persie, en el minuto 56, y dos tantos más (Xavi y Messi, de penalti) presidieron un partido trepidante.

En el último suspiro, con unos gunners derrengados por el esfuerzo, Javier Mascherano, uno de los mejores del Barça, salvó la eliminación al adelantarse a Bendtner a dos minutos del final.

Los azulgrana padecieron por su falta de puntería. Fallaron numerosas ocasiones, especialmente David Villa, y al final vivieron al borde del alambre.

Planteó Wenger un partido a la contra con una distancia abismal entre la pareja de centrales del Arsenal y su portero. Una invitación del técnico alsaciano a Guardiola y un monumental atasco en el centro del campo, donde hasta diez futbolistas, en una mezcla de talento y fuerza, pugnaban en una lucha de estilos.

El balón fue del Barça desde el primer minuto, nada extraño. El Arsenal buscó siempre la contra, nada nuevo, con Cesc como enganche y el recuperado Van Persie como referencia.

Guardiola buscó la prolongación de los dos carrileros, de Alves y Adriano, con lo que dos jugadores creativos, como Nasry y Rosicky, estaban más pendientes de defender que de atacar, pero a pesar de monopolizar la posesión de balón y de jugar con total autoridad, al Barça le costaba llegar.

En el tiempo añadido del primer tiempo, Messi solo ante Almunia tuvo demasiado tiempo para pensar y remató a las manos del meta inglés. En la siguiente, una jugada muchísimo más complicada, el argentino no tuvo piedad.

Y de la manera más kafkiana, sin rematar a puerta, el Arsenal se encontró con el empate en el minuto 53. Busquets marcó en propia puerta a la salida de un córner. El trabajo de 45 minutos se le vino abajo al Barça de la manera más inesperada. Las emociones prometían no acabar aquí. Un minuto después, Villa volvió a perdonar y en el 56, Van Persie, que tenía una tarjeta amarilla, fue expulsado por rematar después de que Bussaca hubiera detenido el juego.

El partido se volvió loco. El Barça, con uno más, olía la sangre en cada acción y parecía que su intensidad se estaba convirtiendo en ansiedad. Encontraba mil espacios, pero no concretaba las ocasiones. Villa volvió a errar en una jugada de las que no suele fallar (m.67).

Hasta que volvió a aparecer el mago Iniesta. Otro pase entre líneas, como en el primer gol, el destinatario esta vez fue Xavi, que no falló e igualó la eliminatoria en el minuto 68. Tres minutos después, el Camp Nou respiró más tranquilo. Otro pase interior, de Xavi para Pedro, finalizó en penalti de Koscielny, que no vio tarjeta amarilla. Messi, en el minuto 71, puso el 3-1.

Al final, Mascherano salvó una clarísima jugada de Bendtner en el minuto 88. El Barça volvió a eliminar al Arsenal, como el año pasado, y vuelve a estar entre los ocho mejores de la Liga de Campeones, aunque sufrió demasiado para dejar en la cuneta a un Arsenal que no inquietó la portería de Valdés.