parís. Nuria Fernández, incorporada al equipo español sólo un día antes de viajar a París, colocó a España en el medallero de los campeonatos de Europa en pista cubierta con una presea de plata en 1.500 que refrenda su excelencia atlética en plena campaña de acoso por la Operación Galgo. Era solo su segunda carrera en la campaña bajo techo, al día siguiente de la primera, pero sus ganas de triunfar en medio de la tormenta y la resistencia física acumulada en una gran temporada de cross compensaron con creces su escasa puesta a punto.
La madrileña se fue en las dos últimas vueltas con las rusas Yelena Arzhakova y Yekaterina Martynova, apretó los dientes y en la recta de meta superó a esta última para colgarse una plata que, en su situación actual, le supo a gloria, casi tanto como el oro en los Europeos al aire libre de Barcelona 2010. Emocionada, con lágrimas en los ojos, dio las gracias a todos los que la han apoyado en los malos momentos.
La otra gran opción española de medalla en la jornada sabatina no cuajó. Jesús España, tres veces medallista de bronce, sólo pudo ser quinto en la final de los 3.000 metros con una marca de 7:54.66, después de ir demasiado retrasado toda la carrera, que ganó su eterno adversario el británico Mo Farah con 7:53.00.
En longitud, Luis Felipe Méliz no pudo alcanzar los ocho metros, marca que le hubiera llevado al podio porque los tres que lo hicieron se llevaron medalla: el alemán Sebastian Bayer revalidó el título con 8,16, seguido del francés Kafetien Gomis (8,03) y del danés Morten Jensen (8.00). El español se quedó en 7,90, quinto.
Manuel Olmedo, Diego Ruiz y Juan Carlos Higuero exhibieron tal autoridad en semifinales de 1.500 que la hipótesis del triplete en la final no es descabellada.
En semifinales de 800, Luis Alberto Marco y Kevin López pasaron, con solvencia el primero, con angustia el segundo, a la final, mientras que el balear David Bustos fue eliminado. Ruth Beitia, instalada en el podio europeo bajo techo desde 2005, tuvo que esperar el fallo de cuatro de sus rivales para saberse en la final de altura después de haber derribado en 1,94. La cántabra obtuvo el octavo y último puesto de acceso a la final con 1,92. Había llevado a cabo un concurso impecable hasta fracasar en 1,94. La valenciana Dolores Checa hizo todo el gasto en la primera serie de 3.000 y obtuvo el premio de la final europea como tercera, en tanto que Paula González pasó por tiempos en la misma carrera y Sonia Bejarano se despidió, en la segunda, con un sexto puesto. Iván Mocholí, Ángel David Rodríguez y Digna Luz Murillo cayeron en las semifinales de 60 lisos mientras que Naroa Agirre, plusmarquista española de pértiga desde hace cuatro años con una marca de 4,56, fue eliminada en la calificación con un registro de 4,15.