DEPORTIVO Aranzubia; Manuel Pablo, Lopo, Colotto, Morel; Antonio Tomás (Juca; min.86), Rubén Pérez, Juan Rodríguez; Juan Domínguez; Adrián (Lassad; min.91) y Riki (Xisco, min.77).

VILLARREAL Diego López; Mario, Gonzalo, Musacchio, Capdevila; Matilla (Bruno; min,56), Marchena (Senna; min.67); Cazorla, Borja Valero, Cani (Marco Ruben; min.62); y Nilmar.

Gol 1-0; min.60, Lopo.

Árbitro Ramírez Domínguez, el colegio andaluz. Mostró amarilla a Marchena (min.27) y Nilmar (min.57), por parte del Villarreal; y a Juan Rodríguez (min.81), por parte del Deportivo.

Estadio Riazor. 14.000 espectadores.

A CORUÑA. Un gol de Alberto Lopo, a falta de media hora para el final, premió el desgaste del Deportivo ante el Villarreal, puso freno a la caída libre del equipo coruñés, confirmó a Miguel Angel Lotina en el banquillo y también el compromiso de toda la plantilla blanquazul para sacar al equipo del descenso.

El Villarreal no pudo mostrar su mejor versión en Riazor, donde el Deportivo se empleó a fondo en todas las líneas para asfixiarle, sufrió su segunda derrota consecutiva en una jugada a balón parado y perdió el tercer puesto en beneficio del Valencia.

El Deportivo empezó el partido en puestos de descenso tres meses después de haber salido de ellos y su técnico, Miguel Angel Lotina, cambió el sistema de juego, como lo ha hecho cada vez que se su puesto corre peligro, para buscar consistencia en el centro del equipo y equilibrio entre defensa y ataque.

El nerviosismo se apoderó del Deportivo en los primeros minutos y su afición pronto empezó a pedirle arrojo para plantar cara al Villarreal y reencontrarse con una victoria que había saboreado por última vez en el primer partido de 2011, en Bilbao, y que en Riazor se le resistía desde principios de diciembre.

El Deportivo se empleó a fondo para mantener a Cazorla, Cani y Borja Valero fuera del área de Aranzubia y evitar que Nilmar entrara en contacto con el esférico en posición franca. Al menos, el esfuerzo del conjunto gallego se encontró con el premio del gol en una falta que ejecutó Antonio Tomás, cabeceó Juan Rodríguez, rechazó Diego López y materializó Alberto Lopo, que como a finales de octubre, fue a dedicárselo a su técnico, Lotina.