HAY tres temas que me ocupan esta semana. Primero. Las pocas noticias que se tienen en estas últimas semanas de los inversores es preocupante por la situación actual; o igual se debe a que están haciendo las cosas con total discreción para que nada se interponga en las negociaciones; el segundo por todo lo contrario, ya que se está hablando tanto de su situación que ha alcanzado la categoría de "caso"; y el tercero, por la reiteración en las retransmisiones.

Por un lado, la imprescindible ampliación de capital se ha gestionado hasta ahora, desde las instituciones públicas, desde el club y desde los supuestos nuevos inversores, con poco acierto y una lentitud exasperante. Desde que se llegó a asegurar que casi se había alcanzado una solución favorable han pasado demasiadas semanas como para no estar preocupados. En estos momentos, el estado de la situación de la ampliación de capital es un punto oscuro, aunque el político de turno haya anunciado de nuevo que el asunto estará resuelto en breves días, que indica que todavía no se ha cerrado con éxito la recapitalización del club, algo que es primordial para su supervivencia. Con las nuevas exigencias de pago, el previsto para el próximo martes lo han conseguido aplazar los dirigentes albiazules a última hora, el club necesita de 2,5 millones de dinero fresco para cubrir otras deudas apremiantes y no tan urgentes solo para que pueda seguir existiendo. Una parte de este dinero debe servir para pagar a antiguos acreedores que han visto cómo una vez tras otra les han cancelado el abono de sus facturas, siempre por el mismo motivo, y con escasas garantías de cobro en los plazos que les han ido imponiendo.

Por otro, la situación por la que atraviesa Rico, condenado desde hace unas jornadas a seguir los encuentros desde la grada. Considero que tiene más nivel que el exhibido hasta ahora, que lo ha hecho con cuentagotas. Aunque últimamente su aportación era escasa, después del partido de Anoeta, en el que la derrota se le achaca que sobrevino por su culpa, y después de tener un altercado con el míster, no ha vuelto a aparecer en las convocatorias. No lo he echado de menos; sin embargo, convendría recuperarlo porque no nos podemos permitir el lujo de no contar con su presencia pues no conviene dar facilidades a los rivales.

A estos dos asuntos se suma otro, y no menos importante: la incesante retransmisión de encuentros del Alavés cuando lo hace como local empieza a resultar irritante. Por dos cuestiones fundamentalmente: por el horario, que me parece el más inadecuado, sin pensar en absoluto en el aficionado; y porque me gustaría que pusieran el mismo empeño en emitir los encuentros que dispute el equipo fuera. Ahora bien, si la primera parte de mi inquietud se puede decidir en breve, si la situación de Rico se debe arreglar de un momento a otro y las continuas retransmisiones es el reconocimiento expreso de la EITB de nuestra hegemonía deportiva en el grupo, ¿para qué me voy a impacientar? Tampoco el empate de ayer es preocupante; no obstante, ahora es necesario no titubear.