madrid. El miembro del Salón de la Fama Jerry Sloan sorprendió a la NBA al anunciar su renuncia como entrenador de los Jazz de Utah, después de estar 23 años al frente del equipo y ganar 1.127 partidos.
Sloan se había convertido en el entrenador que más tiempo llevaba en el mismo equipo dentro de los cuatro grandes deportes profesionales que hay en Estados Unidos: baloncesto, fútbol americano, béisbol y hockey sobre hielo.
La decisión de Sloan generó de inmediato las reacciones de entrenadores como Phil Jackson, de los Lakers de Los Ángeles, y de George Karl, de los Nuggets de Denver, que calificaron su marcha como una gran pérdida para el deporte del baloncesto. "Era un profesional íntegro, que exigía al equipo disciplina y responsabilidad en el campo para conseguir grandes cosas con jugadores que no siempre eran los mejores", destacó Jackson. "Siento enormemente su marcha y su ausencia se notará". Por su parte Karl, que se convierte ahora en el tercer entrenador que más tiempo lleva en un mismo equipo, se declaró entristecido no sólo por la marcha de un entrenador "único" sino por la gran persona que abandona la NBA.
"Jerry tiene un corazón enorme y una integridad que está por encima de toda duda, pero en el campo era el más competitivo y no hacia ningún tipo de concesiones a nadie, ni a él mismo", dijo.
El propio Sloan, en una rueda de prensa emotiva, reconoció que se le había acabado la energía para seguir y que era el momento de decir adiós después de 26 años en los Jazz. "Siento que es el momento de cambiar de dirección", subrayó Sloan. "He sido bendecido por estar dentro de esta organización y estoy convencido que cuando haya superado este momento todo será mucho mejor para mí".
La última lección de integridad la dio cuando puso en su sitio al base Deron Williams, que se permitió la libertad de desautorizarle por una jugada que había decidido durante el partido del pasado miércoles contra los Bulls de Chicago.
TENSIÓN CON WILLIAMS Aunque los directivos de los Jazz lo han negado, Sloan no tuvo consideración con Williams cuando llegaron al vestuario y el jugador puso sobre la mesa la elección entre su continuidad o la del técnico. La existencia de ese enfrentamiento quedó reflejada cuando el entrenador asistente y hombre de confianza inseparable de Sloan, Phil Johnson, también presentó su renuncia al equipo.