El regreso de la vuelta a Euskadi

Javier Guillén

Director de la Vuelta a España

"La Vuelta puede ser un revulsivo para el ciclismo vasco"

Tres años después de asumir la dirección de la Vuelta, Javier Guillén recoge el reto de llevar la carrera a la Comunidad Autonóma Vasca 33 años más tarde de su última incursión. Es otro de los hitos que ha logrado en el poco tiempo que lleva al frente de la ronda española.

Alain Laiseka

vitoria. Javier Guillén, 38 años, secretario general de Unipublic con Enrique Franco y Víctor Cordero, asumió la dirección de la carrera hace tres años y se estrenó con el pelotazo mediático que era trasladar la salida de la ronda estatal a Holanda, el país de las bicicletas. Continuó asfaltando el sueño de Enrique Franco de llegar a la Bola del Mundo, otro éxito comparable al descubrimiento de Los Lagos en los 80 o el Angliru a principios de siglo, que culminó una edición aplaudida por intensa y disputada. Sigue dando pasos y en 2011 la Vuelta regresará a la CAV 33 años después de su última visita, un acontecimiento que habita entre lo deportivo y lo político. 1978, hace 33 años, Hinault va a ganar su primera Vuelta, Enrique Cima triunfa en El Vivero, junto al parque de atracciones de Bilbao, pero al día siguiente, llega el jaleo, se neutraliza el primer sector, se suspende el segundo...

¿Recuerda algo de aquello?

No porque tenía 6 años y no tengo una percepción real o personal de lo que ocurrió. Los acontecimientos sucedieron así, pero yo no recuerdo nada.

Pero se lo habrán contado.

Sí y es una de las razones, ahí están las crónicas, por las que la Vuelta se retiró de Euskadi en aquel momento. También me hablaron, y sé porque he leído, sobre la relación intensa entre la Vuelta y Euskadi. Los padres de la Vuelta, sus fundadores, fueron vascos. Esta carrera viene del norte, de una tradición muy arraigada y que se ha ido alimentando durante años. La relación de la Vuelta con Euskadi es histórica, siempre ha existido, incluso en estos últimos 33 años. Por eso, lo que tocaba era recuperarla en sentido físico, con presencia en el territorio. Es lo que quedaba porque la afición y el seguimiento siempre han estado ahí.

Dicen que la Vuelta se retiró de Euskadi y no ha regresado hasta ahora porque la organización no había querido, por miedo a que ocurriese algo.

Sí, puede ser que fuese así hace unos años, pero anteriormente a esta nueva situación política -se refiere al cambio de gobierno en la CAV en las elecciones de 2008, tras las que el PSOE, con el apoyo del PP, sacó al PNV de Ajuria Enea- la llegada de la Vuelta a Euskadi no era posible porque se decidía en sede parlamentaria que no se volviera. Ahora las cosas han cambiado. Se aprobó que la Vuelta pudiera volver y el Gobierno Vasco empezó a trabajar con nosotros para que así fuera.

¿Sus antecesores en la dirección de la Vuelta, Enrique Franco o Víctor Cordero, mencionaron alguna vez su intención de incluir Euskadi en el recorrido?

Siempre era una opción que estaba ahí por el hecho de la gran afición que hay. Lo que ocurre es que nunca dependía de Enrique o Víctor, y como la otra parte no lo hacía posible, no se iba. No se daba el apoyo institucional necesario, lo que era respetable, como lo es ahora que el deseo del Gobierno Vasco haya sido el de proponer a la Vuelta su regreso.

Hay quien piensa que el interés del Gobierno de Patxi López por que la Vuelta ruede por Euskadi se fundamenta en una decisión política.

No lo sé, eso pregúnteselo al Gobierno Vasco. Yo lo que puedo decir es que lo que ellos me han transmitido es que quieren que un acontecimiento deportivo de primer nivel que es muy, muy seguido por sus aficionados pueda tener representación y manifestación en el País Vasco. Jamás, en ni una sola conversación que hemos mantenido con el Ejecutivo vasco se ha hecho política de esta cuestión. Además, nosotros, desde la Vuelta, queremos que esto sea exclusivamente una manifestación deportiva. Y me consta que el Gobierno Vasco quiere exactamente lo mismo. Todo esto del debate político imagino que deberá existir, pero no será la Vuelta el que lo propicie.

La manera de denominar el regreso que ha adoptado el Ejecutivo vasco, la Vuelta de la normalidad, es ya un lema político.

Ya, pero mi deseo, el de Unipublic y el de la Vuelta, es que todo se desarrolle en la más absoluta normalidad, tranquilidad y éxito deportivo. Esperemos que se hable de ciclismo. Y honestamente digo que se sabe hace tiempo que la Vuelta va a volver a Euskadi este año y no veo que exista un excesivo debate político sobre ello. Eso me gusta y me tranquiliza. Aunque también es cierto que yo estoy en Madrid y no sigo mucho la crónica del País Vasco.

En Euskadi el debate existe.

Era una posibilidad, pero no nos gustaría que siguiese por esos derroteros. A partir de ahí, los debates son libres. Nosotros trabajamos por una competición deportiva que lo único que pretende es transmitir la magia de sus valores y su espectáculo.

Hay gente, ni mucha ni poca, que no quiere de ningún modo que la Vuelta pase por Euskadi.

Entiendo que cada uno es libre de manifestar su opinión. Lo único que pido es que se respeten todas. Si alguien no está de acuerdo con que la Vuelta llegue al País Vasco, tendrá todo el derecho del mundo a manifestarlo. Lo que no me parece bien es que del debate pasemos a cualquier otro tipo de acción que impida el derecho de quienes quieren que llegue al País Vasco. Pero ese extremo ya digo que ni lo espero ni lo estoy percibiendo en ningún caso, ni aquí, en Madrid, ni allí, en Euskadi.

Los organizadores de las carreras vascas, en su mayoría, no se oponen a que la Vuelta llegue a Euskadi, como no se opondrían a que lo hiciese el Tour, el Mundial, el Giro o la Vuelta a Polonia, pero recelan del momento. Piensan que el ciclismo vasco no atraviesa su mejor época y que lo primero es siempre preservar lo de casa.

La pregunta es, en todo caso, si cambiaría algo que la Vuelta no fuese a Euskadi. Quiero decir que la desaparición de la Subida a Urkiola o la Bira de aficionados son anteriores al anuncio del regreso de la Vuelta. Creo que la decisión está absolutamente justificada. La Vuelta es muy demandada y creo que no se ganaba nada sacrificando su regreso. Es más, una Vuelta fuerte, una Vuelta que engancha, una Vuelta que es capaz de convencer de que el ciclismo es interesante beneficia a todos porque hará que más actores se sumen a este deporte. La Vuelta tiene que ser un motor y un revulsivo para el ciclismo vasco. Siempre he pensado que la mejor manera de que no haya ciclismo es no haciendo ciclismo, lo que es malo para todos.

¿Qué gana la Vuelta viniendo a Euskadi? O, dicho de otra manera, ¿la Vuelta necesita a Euskadi?

Mucho, muchísimo, tanto por la gran tradición que tiene allí el ciclismo como por los recorridos.

El Gobierno Vasco, por boca de Patxi Mutiloa, su director de Deportes, sí le pidió que el paso por Euskadi no fuera de trámite, que las etapas fuesen decisivas. ¿Unipublic ha cumplido?

Es cierto que Mutiloa nos pidió que la presencia fuese importante y creo que hemos cumplido con ese deseo. Hemos querido que sean las dos últimas etapas antes de Madrid con la esperanza de poder llegar con la máxima intensidad de la carrera, que ojalá se decida en el País Vasco.

Pero es muy probable que no sea así tras el paso por Asturias, con el Angliru, porque las etapas vascas no son especialmente duras.

Puede llegar muy decidida, es cierto. O con un vasco de líder. Un vasco que pudo ser el ganador el año pasado.

¿Bilbao y Gasteiz eran las únicas opciones?

No, había más.

¿Por qué las eligieron?

Porque nos parecía que el regreso tenía que ser a dos lugares emblemáticos y ambas ciudades lo son. Pero que haya habido más opciones deja la puerta abierta para un futuro regreso.

¿En 2012?

Veremos, pero es nuestro deseo.

Dibuje un escenario ideal para ese final de Vuelta.

No voy a ser original: me gustaría que la general llegase apretada después de una batalla colosal en la montaña. Y a ser posible que la lucha sea entre un español y un extranjero. Eso funciona.

¿Cuánta culpa tuvo Igor Antón del resurgir de la Vuelta el pasado año?

Igor tuvo mucha culpa, pero tanta como Purito, Nibali, Mosquera... Igor es un corredor que reúne unas magníficas condiciones para ser uno de los grandes del futuro. Además, es popular porque es escalador, espectacular y, sobre todo, humilde, cercano, muy del pueblo. Antón se hace querer.

El Tour es la grandeza; el Giro, la pasión; y la Vuelta...

Tiene que ser para los españoles lo mismo que el Tour para los franceses y el Giro para los italianos. Tiene que ser nuestra carrera, nuestra seña de identidad. De todas maneras, en este tema creo que se hace un discurso catastrofista porque la tendencia de la Vuelta es alcista.

¿Por qué entonces parece que no acaba de encontrar su sitio?

No creo que lo haya perdido nunca.

¿El debate de las fechas ya está aniquilado?

Por mi parte, sí. Yo lo abrí y ahora está cerrado.

Pero la Vuelta en 2011 arranca el 20 de agosto, una semana antes que hasta ahora.

Es un ajuste que va a garantizar la presencia de público en la carretera, más aún teniendo en cuenta que la Vuelta arranca en Benidorm. Otro aspecto es el de la audiencia televisiva. Adelantando una semana la salida no coincidimos con ninguna otra competición deportiva.

¿La participación sigue siendo el gran quebradero de cabeza?

Objetivamente, la Vuelta no se puede quejar, pero tenemos que seguir trabajando para traer lo mejor.

Javier Guillén posa sobre uno de los podios que utilizó la Vuelta en la pasada edición. Foto: dna

sus frases

"Nuestro deseo es que la Vuelta a España sea sólo una manifestación deportiva"

"Igor Antón es popular porque es un escalador, espectacular y, sobre todo, muy del pueblo"

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