EN el grupo E el Panathinaikos mostró sus credenciales en la cancha del Lietuvos endosándole una buena paliza. Hay que tener en cuenta que en esta fase tan importante son las victorias como la diferencia de puntos en caso de empate. Solo se disputan seis partidos y cualquier error como los que hemos visto en la primera fase pueden ser definitivos.
El partido entre el Unicaja de Txus Mateo y el Caja Laboral tenía más transcendencia para los primeros, que jugaban en casa y además debiéndose demostrar a ellos mismos que la destitución de Aíto era lo más adecuado para el equipo.
La entrada de Txus ha sido en el momento adecuado para dar el salto a ser entrenador-jefe, ya que la etapa final de Aíto ha sido muy negativa. Es un entrenador más intuitivo que metódico, con mucho de la escuela de Scariolo y que si es capaz de controlar la presión de ser el primer espada lo puede hacer bien. Conocimientos no le faltan pero ser entrenador-jefe es mucho más que saber de sistemas o de táctica.
El entrenamiento diario, la prensa, el club, las relaciones interpersonales con los jugadores y cuerpo técnico, la necesidad de ganar, los árbitros, las situaciones especiales en cada partido, etc... son parte del oficio que hay que llevar tan bien como lo meramente técnico-táctico.
Por su parte los jugadores del Baskonia llegaban con ciertas dudas por la irregularidad en su juego y por el varapalo en Valladolid. Todos pensaban que la simple llegada de Batista solucionaría los problemas de la noche a la mañana, pero nada más lejos de la realidad.
El saber ubicar a cada jugador en su puesto, roles, minutos, emparejamientos... no es trabajo de un día, aunque el deporte profesional no es paciente y los resultados deben ser inmediatos.
En cuanto al partido decir que fue el fiel reflejo de dos equipos que estan mostrando una gran irregularidad desde el inicio de temporada. Un Caja Laboral capaz de anotar 10 triples antes del descanso, con 30 de los 41 puntos anotados de fuera ( viviendo del tiro), y también capaz de encajar un parcial de 17-3 en el tercer cuarto que puso en peligro su victoriaa. O de endosar otra parcial de 2-14 instantes después. Me sigue preocupando el bajón del rendimiento de Stanko desde la llegada de Batista.
En cuanto al Unicaja decir que cuando mejor pintaban las cosas de lograr una victoria imprescindible para tener alguna opción en la competición, sus malas decisiones de tiro, su falta de cierre del rebote y alguna que otra falta antideportiva echaron al traste todo su esfuerzo.
Visto lo visto no me parece que el gran mal del equipo fuera Aíto. Ver a su jugador franquicia, Tripkovic deambular, o a Mcintyre sin ser el que era antes de la lesión, o a Jimenez tantos minutos en cancha, son argumentos suficientes para a día de hoy no ser competitivos con los grandes de Europa. Ahora al Baskonia sólo le falta no fallar en los partidos de casa para asegurarse su pase.