Madrid. Las sospechas de dopaje sobre el estadounidense Lance Armstrong, siete veces ganador del Tour de Francia, vuelven a percutir con fuerza tras el reportaje de la revista Sport Illustrated en el que aporta pruebas sobre la implicación del texano en el mundo del dopaje, con testimonios de varios excompañeros de equipo.

El mito se viene abajo y Armstrong se inquieta, como demostró en la salida de la etapa del Tour Down Under, cuando el corredor norteamericano calificó de "estúpido" a un periodista que le inquirió sobre las nuevas sospechas y presuntas pruebas que aclaran su relación con el dopaje, según la citada revista.

Investigado por Jeff Novitzky, del jurado Federal de Los Ángeles, el mismo que llevó el caso de la atleta Marion Jones, Armstrong, a punto de retirarse definitivamente a los 39 años, encaja golpes acusatorios con frecuencia. "El caso contra Lance Armstrong" es el titular elegido por los periodistas Selena Roberts y David Epstein, quienes explican después de reunir multitud de datos, revisar documentos y hablar con confidentes y testigos las presuntas irregularidades del heptacampeón del Tour de Francia.

La revista adelanta en su página web algunas de las exclusivas, como la denuncia de que a finales de los años 90 "Armstrong tuvo acceso a un medicamento experimental que aumentaba el transporte de oxigeno a la sangre".

También entra en acción como testigo denunciante Floyd Landis, quien el pasado mes de mayo ya acusó a Armstrong de consumo de sustancias dopantes y de ser una especie de "maestro" a la hora de llevar a cabo su aplicación.

Landis, quien se aprovechaba de los aviones privados de su excompañero, lo que evitaba registros más rígidos, cuenta un incidente ocurrido en la aduana suiza, camino de Saint Moritz, cuando la policía encontró en la bolsa de Armstrong jeringas y medicamentos. Tras unos minutos de diálogo, el corredor "logró convencer a los policías, ayudado por un miembro de su equipo, de que se trataba de vitaminas y consiguió pasar sin problemas".

En el reportaje también se vincula a Armstrong con el polémico médico italiano Michele Ferrari, concretamente en 2009, año del regreso del ciclista después de 3 años retirado. Sin embargo, explican, Armstrong asegura que cortó los lazos con ese médico en 2004.

Sport Illustrated también afirma que Armstrong dio un resultado irregular por altos índices de testosterona en 1999 y que sólo ha sido identificado por el código cifrado que se usa para los controles de doping.

El reportaje alude al excorredor Stephen Swart, exciclista neozelandés que perteneció al equipo Motorola y que afirma que fue Armstrong quien en 1995 empujó a aquel equipo al uso sistemático de EPO. Swart recuerda un día de descanso durante el Tour"95, cuando los corredores del Motorola se hicieron la prueba de hematocrito. Swart dio 48 "y Lance 54 o 56", recuerda.