Madrid. La selección española de balonmano afrontará desde mañana el reto de intentar volver a codearse con los mejores y pelear por el siempre complicado podio en el Mundial, que da comienzo hoy en Suecia, y donde los de Valero Rivero no parten entre los favoritos. El combinado nacional, campeón del mundo en 2005, ha perdido el paso con los mejores en las últimas citas de relevancia internacional y, salvo el bronce en los Juegos Olímpicos de Pekín de 2008, han sido más grandes las sombras que las luces. Así, de reina mundial pasó a séptima (2007) y decimotercera (2009), y de subcampeona continental (2006) a novena (2008) y sexta (2010).
Por ello, en el tercer gran torneo bajo el mando de Valero Rivera, España quiere recuperar su sitio entre los mejores, un objetivo que no se plantea nada sencillo por la cantidad de rivales y la igualdad existente, pero que puede estar al alcance de un grupo de jugadores de calidad y que evoluciona en una de las mejores ligas del mundo como es la Asobal, y acostumbrada a competir al mejor nivel.
Además, el seleccionador ha asegurado que el objetivo principal es acabar entre los siete primeros para certificar un Torneo Preolímpico, Las semifinales darían prioridad para organizar uno de ellos y el título, el billete para Londres 2012. De hecho, sólo Francia (actual campeona olímpica, mundial y europea) y Croacia parecen haber mantenido su peso específico y suelen mostrarse regulares, mientras que Dinamarca, Polonia e Islandia se han ganado su estatus por sus últimas actuaciones, y sigue habiendo otro grupo, en que estaría encuadrada la selección y con otros equipos como Suecia, Hungría o Alemania, que quiere manejar sus opciones. España se medirá en la primera fase a Francia, Alemania, Túnez, Egipto y Bahrein, clasificándose los tres primeros.