Duración 58 minutos.

Saques 2 de Berasaluze VIII.

Pelotazos 475.

Marcador 0-3, 2-5, 5-5, 5-8, 10-8, 10-10, 11-11, 11-13, 12-18, 13-19, 14-21 y 15-22.

Incidencias Más de media entrada en el Beotibar de Tolosa. De salida se cantaron posturas de doble a sencillo favorables Berasaluze VIII y

Pamplona. Los vizcaínos Pablo Berasaluze y Alexis Apraiz sumaron ayer en Tolosa su primera victoria en el Campeonato de Parejas de la LEP.M merced a su victoria sobre Asier Olaizola y Rubén Beloki, que encajaron su segunda derrota. La pegada del zaguero de Gernika se impuso en un Beotibar que en algunos pelotazos se le quedó pequeño.

No resultó sencilla la victoria de los vizcaínos. Pese que llevaron las riendas del encuentro desde el inicio, encontraron serias dificultades para derribar la ferrea defensa que plantearon sus rivales, sobre todo al inicio. Con la frescura inicial, Beloki se mostró firme pese a los descomunales pelotazos que en algunas ocasiones conectó Apraiz, y Olaizola I encontró el tino necesario para superar a un Berasaluze VIII que ayer no estuvo excesivamente brillante.

Con estas premisas -dominio vizcaíno y contraataque navarro-, la igualdad presidió la primera mitad del enfrentamiento, en la que hubo alternativas (5-8 para Berasaluze VIII y Apraiz; 10-8 favorable a Olaizola I y Beloki) y varios empates (el último, a 11 tantos).

Con medio camino recorrido por ambas duplas en su objetivo de alcanzar el cartón 22 por primera vez en lo poco que va de campeonato, tocaba definir. Y el cansancio tuvo su influencia en el desenlace del choque. También los cuatro errores que cometieron a partes iguales Olaizola I y Beloki cuando todavía tenían opciones de luchar por la victoria. Caían por la mínima (12-13), pero sus fallos, el cambio de actitud de Berasaluze VIII y el dominio de Apraiz contribuyeron a que el duelo se rompiera prácticamente de manera definitiva (12-18). A partir de ahí ya no hubo historia. Goizuetarra y burladés se vieron obligados a claudicar, mientras que a sus rivales aún les dio tiempo para ampliar su renta y dejar algún que otro detalle. Por ejemplo, un brillante pelotazo de Apraiz que golpeó en el cuarto cuadro para que el cuero acabara casi en el rebote del Beotibar, un frontón de los más largos que existen.