Madrid. Lo que mejor puede definir a la nadadora española Mireia Belmonte es su tremenda energía. A sus 20 años, la "mejor nadadora" de los Mundiales de piscina corta en Dubai es "una fuerza de la naturaleza". A pesar de su palmarés y su creciente fama, Mireia es una persona normal que disfruta con la música, la moda o el cine, y que no pasa desapercibida en las piscinas por su naturalidad y sus nervios antes y después de competir.

Nervios que la conducen a dejarse sus zapatillas deportivas olvidadas en la zona mixta, donde los nadadores hablan con los periodistas, en las grandes competiciones internacionales. Nacida en Badalona en noviembre de 1990, debutó en un Mundial en Melbourne 2007, pero el año en el que se dio a conocer al gran público fue en 2008 en los Campeonatos de Europa de Eindhoven, cuando se proclamó campeona continental de los 200 estilos, con un récord de esa competición rozando la mejor marca continental con 17 años. En la ciudad holandesa también ganó la medalla de bronce en los 200 mariposa, ya entrenada por Carles Subirana, y una plaza en el equipo que representaría a España en los Juegos de Pekín.

En los Mundiales de piscina corta de 2008, en Manchester, sumó una medalla de plata en los 200 estilos y una de plata en los 400. Entonces, Carles Subirana declaró que era tanta su energía que tenía que contenerla en los entrenamientos que realizaba en el CAR de Barcelona. Aunque no brilló en la capital china, donde no entró en ninguna final, su participación no puede calificarse de fracaso pues fueron sus primeros Juegos Olímpicos, en los que el equipo español solo consiguió un finalista, Aschwin Wildeboer, séptimo en los 100 espalda.

En Pekín cayó en las semifinales de las dos pruebas de estilos, en los que fue decimocuarta, vigésimo cuarta en los 200 braza y decimoquinta en el relevo 4x100 estilos. Tras los Juegos de Pekín se recuperó en los Europeos de piscina corta de Croacia, con una victoria en los 400 estilos. En 2009 y tras el cambio de directiva en la Federación, Belmonte sufrió su primera gran decepción: los Mundiales de Roma 2009, en los que no pudo contar con Subirana por decisión federativa.

Mireia tuvo que comenzar a entrenar con el australiano Pippen en Sabadell, pero no funcionó a pesar de la medalla de plata en los continentales de Estambul en diciembre de 2009 en los 400 estilos. Otra vez las pruebas de piscina corta volvían a servir de consuelo. Su carrera dio entonces la sensación de declive. Situación que se repitió en los Europeos de agosto en Budapest, donde entró en dos finales, cuarta y quinta, en los 200 mariposa y 200 estilos, y décima en los 400 estilos.

Sin embargo, con un nuevo entrenador, el francés Frederick Vegnoux, en el CN Sabadell, todo cambió el pasado miércoles en los Emiratos Árabes Unidos. En 44 minutos ganó dos medallas de oro, en los 400 estilos y los 200 mariposa, el jueves fue protagonista de un histórico doblete al quedar segunda en los 800 metros libre tras Erika Villaecija, y el sábado regresó a lo más alto del podio en los 200 estilos.