barcelona-real madrid falta un día

¿Quién llevará la criptonita?

UnO es Cristiano, y el otro bien podría ser protestante porque su fútbol no entiende de ataduras ni rigores tácticos. Si Ronaldo (5-II-1985) produce una explosión, la traca ensordecedora que escupe su bota; Messi (24-VI-1987) es fuegos artificales, fantasía e imaginación en su composición, el regate en un baldosín que atrae a tantos fieles. Y mientras el argentino disfruta y divierte al respetable como pidiendo perdón por su savoir faire (saber hacer), escondiendo una sonrisa; al portugués le excita la provocación, su porte altivo y el alarido brusco. Coinciden, eso sí, en reinar sobre el planeta fútbol mientras reproducen cada semana, cada partido, un combate particular donde se retroalimentan. Son las banderas de Barcelona y Real Madrid, y a su vez dos guerras en una, dos formas de comprender el deporte pero partiendo de una misma realidad, su inigualable gen ganador.

Lideran las estadísticas de sus respectivos clubes por lo que, ahora, el clásico no se entendería sin ellos por muchos duelos que se hayan dirimido en toda la historia: desde los Di Stéfano-Kubala, Amancio-Cruyff y Santillana-Carrasco hasta los contemporáneos Butragueño-Romario, Zidane-Ronaldinho y Raúl-Eto"o. Sin los goles de Ronaldo, el Madrid sumaría cuatro puntos menos, puesto que fue decisivo en la victoria de Anoeta (1-2) -aunque su disparo a puerta rebotó en la espalda de Pepe- y ante el Hércules (1-3), cuando anotó el segundo y el tercer tanto merengue. Guardiola acusaría más la ausencia de Messi, ya que arrastraría un déficit de siete puntos: tuvo un papel protagonista contra el Atlético (1-2), en el empate ante el Mallorca que, curiosamente, priva actualmente del liderato a los culés, en el triunfo en La Romareda -se bastó para rubricar el 0-2- y en el 3-1 frente al Villarreal. Mourinho y Pep también se verían mermados en la cantidad de segundas jugadas que uno y otro fabrican: Cristiano es el futbolista que más remates efectúa -acumula 90, o, lo que es igual, uno cada 13 minutos, un tercio de los disparos globales de su equipo-; mientras que Leo busca el gol cada 19 minutos. Definitivamente, encarnan el espíritu de sus escuadras: intensidad, agresividad y pegada frente a paciencia, plasticidad en movimiento y golpe mortal hacia la lona. El luso es todo potencia, dicha cuando talona en un libre directo, juego sincero y abierto, cuerpo de músculos esculpidos, regalo para la portada de los tabloides. El argentino es una macedonia de matices fruto de un ingenio agudizado por no ser el más alto ni el más fuerte, desborde y gambeta donde la pelota es su universo. Y cuando la acción le sale de diez, entonces sí. Explota, chilla y grita, pero unos segundos, hasta hacerse otra vez con el cuero.

cuentas pendientes Con todo, se cruzarán mañana con cuentas pendientes. No en vano, pese a haberse enfrentado en cinco ocasiones al Barcelona (tres con el Manchester y dos con el Madrid), La Bestia no sabe todavía lo que es marcarle un tanto. Algo similar a lo que le sucede a La Pulga -no con el cuadro blanco, al que le tiene tomada la medida tras haberle endosado siete dianas en ocho encuentros- con Mourinho, ya que se ha visto las caras siete veces con clubes dirigidos por éste (cuatro ante el Chelsea y tres frente al Inter) y tampoco perforó la red. Es la única criptonita -mineral radiactivo ficticio que dejaba a Superman sin poderes- que les ciega.

Sostiene el de Madeira que ahondar en la comparación entre uno y otro es una mera "tontería", pero no puede negar que lo primero que hace tras un partido culé es preguntar sobre cuántos goles ha sellado su alter ego. A su vez, lanza una advertencia al Camp Nou: no cambiará su comportamiento "y al que no le guste que apague la televisión". "No me importa que piten. Es normal que lo hagan, sobre todo al míster por lo que les ha hecho. Y si tengo que hacer una espaldinha, no lo dudaré. A quien le gusta el fútbol espectáculo le gusta lo que hago. Y al que no le guste que no mire". Cristiano en pura esencia. Calla sin embargo el de Rosario, por mandato de Guardiola, sabedor de que la tensión exacerbada supondría un gol en propia puerta. "Si jugamos a nuestro nivel, estoy seguro de que ganaremos", afirmó hace unos días. Menotti le describe a la perfección: "Aquella brisita que apareció en el Barça es ahora un huracán".

Ellos acapararán el foco pero sus colaboradores tienen muchos boletos para protagonizar los titulares. Entre otros, Xavi y Xabi Alonso, los cerebros, los delineantes, los encargados de manejar el compás para que los cracks rellenen las crónicas periodísticas. El Barcelona, con un 4-3-3 con presión asfixiante, paredes interminables y toque instalados siempre en territorio comanche. El Madrid, amparado en un 4-2-3-1 con un doble pivote que sostiene al equipo gracias al trabajo oscuro de Khedira junto a la estela del medio guipuzcoano. Recupera los extremos, acordes al estilo histórico del Bernabéu, con Di María y Cristiano partiendo a pierna cambiada en sus bandas, con un mediapunta como Özil y el insaciable Higuaín. Únicamente resta una duda en la pizarra: si Mourinho apostará por el músculo con Lass Diarra en detrimento del exjugador del Bremen. Esa traición podría poner en ventaja a los azulgranas, fieles al mordisco en la yugular del área rival.

Pero pocos dudan de que del vencedor particular saldrá el triunfador colectivo de la noche. El estirón de Messi ha sido directamente proporcional al crecimiento del Barça. Su humildad y carácter hogareño fuera del campo se transforman en una tiránica superioridad sobre el verde. Eléctrico, versatil, solidario y certero. Es lo mismo que espera de Ronaldo el Madrid de Florentino. De superar los brillantes guarismos que firmó con el Manchester, por fin, quizá, tenga sentido el Madrid de las galaxias. Pero mientras el primero ya ha contribuido a poblar las vitrinas culés de títulos, la ecuación madridista todavía está por demostrarse. Por eso este clásico puede invertir una tendencia o constatar que el Imperio Barça no conoce límites. Y Leo, tampoco.

Cristiano Ronaldo acostumbra a gestualizar el festejo de sus goles de una manera que irrita a la afición rival, todo lo contrario que el jugador Leo Messi.

Sin Leo, el Barça tendría siete puntos menos; sin Ronaldo, al Madrid le faltarían cuatro puntos

Agresividad y pegada frente a plasticidad y golpeo: ambos dibujan un fútbol superlativo

sus estadísticas

cristianomessi

Goles en Liga 1413

Minutos jugados1.080939

Remates totales 9049

Remates a puerta 3427

Regates con éxito 2641

Asistencias totales2224

Asistencias de gol 45

Fueras de juego311

Centros al área4118

Balones perdidos139119

Faltas recibidas3411

la cifra

14-13

l Sus respectivos goles en Liga. Ambos quieren el trofeo "Pichichi".

la carrera por el "pichichi"

"A quien no le guste lo que hago, que no mire o que apague la tele", ironiza el portugués

Mientras, el argentino se refugia en el nivel de su colectivo y calla para hablar sobre el césped

Míchel Salgado critica el estilo de "Mou"

Míchel Salgado, ex jugador del Real Madrid que milita en el Blackburn, considera que el estilo de Mourinho "quizá no sea el estilo adecuado de acuerdo con la historia del Real Madrid", aunque "igual es el adecuado para este momento". "Necesitan ganar y están desesperados", dice el lateral, que argumenta que el club blanco eligió al luso porque Florentino Pérez "estaba intentado encontrar el antiGuardiola". De todos modos, el portugués sería una solución transitoria para superar el ciclo de victorias del Barça. "En el Real Madrid llevan dos años sin ganar un título y han gastado un montón de dinero. Lo más importante es romper esa dinámica. Después de eso, construir un equipo para el futuro y, después de Mourinho, el presidente necesita encontrar a su propio Guardiola", afirmó en el diario inglés "The Guardian". "Me refiero a un entrenador que haya crecido en el Real Madrid y que conozca sus valores", matizó. Por su parte, Puyol solicitó ayer al aficionado azulgrana "que esté a nuestro lado y se olvide de otras historias", en referencia al posible ambiente que se respirará en el Camp Nou con la presencia de Mourinho y Cristiano Ronaldo.

Lionel Messi

Racing-Barcelona

Barcelona-Hércules

Atlético-Barcelona

Barcelona-Sporting

Athletic-Barcelona

Barcelona-Mallorca

Barcelona-Valencia

Zaragoza-Barcelona

Barcelona-Sevilla

Getafe-Barcelona

Barcelona-Villarreal

Almería-Barcelona Cristiano Ronaldo

Mallorca-R. Madrid

R. Madrid-Osasuna

Real-R. Madrid

R. Madrid-Espanyol

Levante-R. Madrid

R. Madrid-Deportivo

Málaga-R. Madrid

R. Madrid-Racing

Hércules-R. Madrid

R. Madrid-Atlético

Sporting-R. Madrid

R. Madrid-Athletic

Jornadas

1

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12