Vitoria. Martín Fiz era consciente de que en su sexta participación en el Maratón de Nueva York iba a estar lejos de las 2h 12m, del que había sido su mejor registro en la cita de la Gran Manzana.

Sin embargo, el carácter competitivo del correcaminos alavés le había llevado años después a la ciudad de los rascacielos con un exigente objetivo. El ex campeón del mundo quería cubrir los 42,195 kilómetros de la mítica prueba en un excelente registro de 2h 35m y de paso subir al podio en su grupo de edad, es decir entre los que ya están entre los 45 y 50 años.

Pues bien, el vitoriano cumplió con éxito los dos retos que se había marcado, ya que llegó a meta en 2h 35m 19s, un tiempo que le colocó en el puesto 80 de la general, el segundo de los atletas de más de 45 años.

El gasteiztarra demostró una vez más que pese a no estar ya para competir por los primeros puestos sigue siendo un excelente atleta a sus 47 años y que tiene una cabeza y una capacidad de sufrimiento enorme.

Fiz es una calculadora humana. El alavés sabe regularse, conoce su cuerpo a la perfección y tenía claro que si todo salía cómo esperaba y era capaz de aguantar los exigentes ritmos que había llevado estos últimos meses durante sus entrenamientos, el objetivo podía estar a su alcance. No era fácil.

No en vano, el alavés estaba obligado a correr a un altísimo ritmo de 3m 42s por kilómetro. En 18m 30s aproximadamente el 5.000. Pues bien. Así lo hizo en todo momento. Sus pasos cada cinco kilómetros así lo constatan. Siempre regular. Sin venirse abajo. El alavés cubrió los cinco primeros kilómetros en 18m 36s, redujo ese tiempo a los 18m 3s y a 18m 4s en los pasos por el kilómetro diez y el quince, mientras que los siguientes 5.000 metros empleó 18m 26s. Siempre en el objetivo marcado. Cerca de los 18m 30s fijados.

Sólo se alejó ligeramente de los ritmos previstos entre el kilómetro 20 al 25 y del 30 al 35 cuando empleó 18m y 51s y 18m y 52s para cubrir esos 5.000 metros respectivamente. Ahí es cuando aparece el tan temido muro. Es en ese momento cuando la mayoría de atletas rompen sus ritmos. Pues bien, la calculadora de Fiz siguió a lo suyo. No se vino abajo. No hubo la explosión que suele a afectar a otros atletas. Todo lo contrario. Fue a más. A mucho más.

De hecho, pese a que al final llegan los repechos de Central Park cubrió los cinco kilómetros que van del 35 al 40 en sólo 18m 6s, mientras que sprintó en los dos últimos y si hasta ese momento había marcado un ritmo de 3m 41s el kilómetro, cada uno de los dos últimos los hizo en 3m 31s. Casi nada.

Memorable también fue la actuación de Toñín Blanco. El atleta del Club La Blanca fue el mejor de los alaveses. El gasteiztarra se había fijado como meta entrar entre los cien primeros en su debut en la cita neyorquina y acabó en el puesto 53 con un excelente tiempo de 2h 31m 47s, siendo además sexto en la en la categoría de 40-45 años. El vitoriano fue el cuarto atleta nacional y finalizó la prueba a tan sólo medio minuto de Fabián Roncero.

ANE IGARTIBURU, 5H 16M Por su parte, los otros dos atletas del club vitoriano Joseba Mentxaka y Alberto Ibáñez terminaron la prueba en el puesto 368º y 369º en el mismo tiempo los dos -2h 51m 30s- finalizando en los puestos 61º y 62º de la clasificación de atletas de 40-45 años.

Por último, Ana Churruca, la mujer de Martín Fiz, que debutaba en la distancia, cubrió la prueba en 4h 51m, mientras que la televisiva Ane Igartiburu, también entrenada por el maratoniano alavés, finalizó en el puesto 37.410 con un tiempo de 5h 16m.