han tenido que pasar 37 años para que Peña Sport y Alavés vuelvan a enfrentarse en un encuentro de competición oficial. Fue en la jornada 8 de la temporada 73-74 cuando el conjunto alavesista visitó por primera vez el campo de San Francisco. Entonces, el conjunto albiazul se llevó la victoria por 0-2 en un partido en que demostró su superioridad, tanto técnica como física, a pesar de que los navarros opusieron gran resistencia. Era Tercera División. Y el Alavés aquella temporada terminaría ganando la Liga y ascendiendo a Segunda; sí, a Segunda. En aquel tiempo no había Segunda B y la Tercera de entonces era de una calidad, posiblemente, mayor que la de Segunda B de ahora. Entre uno y otro partido (ascenso a los cielos por parte de los albiazules y con un viaje de vuelta tan rápido o más que el de ida), que yo recuerde, hubo al menos otra visita para disputar un partido de pretemporada que terminó también con victoria albiazul. De ese compromiso aún conservo con cariño un pequeño recuerdo: es un pañuelico rojo, de los muchos que nos regalaron, con el escudo del club tafallés bordado en una esquina que suele utilizar mi mujer en La Blanca. Ocultando el escudo, bien puede pasar como pañuelo para lucirlo en nuestras fiestas. Asimismo, en su segunda confrontación, el resultado de ayer entre ambos contendientes confirmó los pronósticos: ganó el conjunto albiazul, hoy segundo en la tabla, que ha marcado en todos los encuentros de Liga, mientras que el conjunto navarro mantuvo su tendencia habitual de tener serios problemas para marcar (ayer lo hizo en dos ocasiones pero fueron invalidadas por el colegiado a instancias del juez de línea) ya que solo lo ha hecho en cuatro encuentros totalizando cinco goles. El Deportivo Alavés ha hecho valer su mayor experiencia, clase y efectividad para hacerse con un triunfo claro pero no exento de cierto suspense. Porque el resultado no refleja exactamente lo ocurrido. También llama la atención la satisfacción con la que se ha acogido el logro de mantener la portería a cero por segunda vez. Sin duda, se ha beneficiado del enfrentamiento con el peor equipo del grupo, si nos atenemos a lo que reza la clasificación: último clasificado y menos goleador del grupo. Aunque luego, en la práctica, no es merecedor de esa etiqueta. A ello se ha unido también un equipo, el alavesista, que ha recuperado a su defensa titular esta temporada, o al menos la que ha jugado en más ocasiones, imprescindible para afrontar una recuperación efectiva. Echando mano de las frías estadísticas, sería conveniente que el conjunto navarro se encontrara siempre en la misma categoría y grupo que el Alavés, ya que eso nos garantizaría seis puntos seguros a lo largo de la temporada. Aunque, visto lo visto, y al igual que en aquella lejana temporada, el Deportivo Alavés tiene como objetivo el ascenso de categoría y la Peña Sport, mucho tiene que mejorar, podría descender a Tercera, su hábitat natural, donde se encuentra más cómodo y se ajusta mejor a su potencial y presupuesto. Una pena.