la Supercopa es una competición oficial que da el pistoletazo de salida a una nueva temporada y que es un buen termómetro para conocer el estado actual de los conjuntos. El Baskonia, por una parte, notó la falta de acoplamiento y de entrenamiento de sus nuevas piezas. Haislip, Logan y Bjelica tuvieron poco protagonismo en el partido de ayer. No así Pietrus, jugador que ofreció lo que se le presupone, intensidad, rebotes e intimidación. Y por otra parte estaban los jugadores que han participado en el Mundial de Turquia (19 entre los cuatro equipos) y que venían en unos casos tocados y en otros muy rodados, con un trabajo especial de desentrenamiento debido al desgaste del verano, que no les ha dejado descansar. También fue el primer exámen para Barac en la era post-Tiago. Podemos decir que tuvo un aprobado en ataque y un suspenso en su asignatura pendiente, que son las faltas. Pero en general dejó buenas sensaciones. El Caja Laboral se presentaba como anfitrión, y por lo tanto como favorito, contra un Power Electronics que siempre ha tenido como espejo en el que fijarse al conjunto vitoriano. El combinado de Hussein venía sin Javtokas ni Augustine, piezas claves para su juego interior. Pero quitando los primeros minutos cuajó un partido muy serio. Demostraron que estan más adelantados en el aspecto táctico que el conjunto de Dusko. A pesar de ello, los vitorianos estuvieron a una defensa de llevarse el triunfo y por ende jugar la final. Otro aspecto a tener en cuenta es que hay equipos que prácticamente no han tocado la plantilla con respecto al año pasado (el Barça con la incorporación de Perovic por Trias) y que a pesar del momento en que nos encontramos, tienen muchos automatismos trabajados y un gran conocimiento de la forma de jugar de sus compañeros. Por eso había que dar al Barça el cartel de favorito, y bien que lo demostró en su semifinal. Fue un partido difícil para ambos conjuntos a partir del minuto 22, con todo decidido. Otros, en cambio, como el Caja Laboral, Power Valencia o Madrid han fichado bastante y necesitan tiempo para acoplar a sus nuevas incorporaciones. De todas formas, la Supercopa siempre es un buen escaparate para los jugadores nuevos y una manera de conocer de primera mano qué puede dar cada uno de ellos. Resulta muy diferente enfrentarte a jugadores que los has defendido en multitud de ocasiones a hacerlo a otros que sólo los has visto en vídeo o por la televisión.
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