vitoria. Dos países con viejas rencillas que no han paseado precisamente una amistad a lo largo de la historia, Turquía y Serbia, buscan hoy (18.00 horas) el premio definitivo a su excelente trayectoria en el Mundial. El anfitrión contra la gran revelación de un torneo que, a medida que van transcurriendo las diferentes eliminatorias, está deparando partidos cada vez más vistosos. El de esta tarde promete emociones fuertes, ya que se miden dos conjuntos extremadamente jóvenes, dotados de un futuro esplendoroso gracias a un camada de prometedoras figuras rebosantes de hambre en su seno y que han hecho méritos suficientes para plantarse entre los cuatro mejores de la competición.
Turquía parte con ligera ventaja debido al factor cancha y, previsiblemente, la ayuda arbitral con la que puede contar en algunos tramos del duelo. Empujado por 15.000 gargantas que viven por y para el sueño de una medalla, el cuadro otomano ha exhibido una solidez inesperada hasta la fecha. Atrás quedan aquellos grises tiempos en los que, desangrado por el ego de sus autocomplacientes estrellas de la NBA, cada uno hacía la guerra por su cuenta y el bien individual estaba por encima del colectivo. Ahora, la historia es muy diferente. Liderado por Hedo Turkoglu y Ersan Ilyasova, las dos armas mortíferas de Tanjevic, sin obviar la fortaleza de ese jovencísimo juego interior que apunta excelentes maneras (Savas, Asik, Erden...) todavía permanece imbatida y viene de aplastar a Eslovenia con una sensacional exhibición ofensiva.
Todo lo que no sea un billete para la final será considerado una sorpresa relativa. Enfrente se topará con una Serbia que a trancas y barrancas, con menos suficiencia que el anfitrión, ha sorteado dos peligrosos escollos (Croacia y España) de manera agónica pero sigue corrobarando las excelentes vibraciones del pasado Europeo. Con un plantel rejuvenecido donde sobresale Teodosic, la afilada guadaña que sepultó bajo tierra a España en cuartos de final con ese triple estrastóferico desde nueve metros, Dusan Ivkovic atesora la munición suficiente para poner en serios apuros al anfitrión.
Será otra buena oportunidad para comprobar las evoluciones de Nemanja Bjelica en un partido a cara de perro donde será preciso exhibir personalidad, carácter y temple en los momentos críticos. El alero ya baskonista goza de un rol secundario en el combinado plavi, pero su primer cuarto ante España levanta grandes expectativas respecto a su fichaje. Esta Serbia amenaza con reverdecer viejos éxitos y tiene unas hechuras excelentes, pero esta noche deberá evitar los altibajos mostrados en ciertas fases del torneo, en parte derivados de la extremada juventud de su plantilla. La dupla compuesta por Krstic y Perovic deberá multiplicarse ante los fornidos pívots locales, cuya espigada figura está ayudando a Turquía a candar la zona y encajar muy pocos puntos. En definitiva, un partido digno de semifinales de este Mundial donde sólo Estados Unidos ha hecho gala de su abrumador favoritismo.