estambul. El alero de Oklahoma Kevin Durant (33 puntos y 5 rebotes) se echó de nuevo a su selección a la espalda para ayudar a Estados Unidos a imponerse a una Rusia que ofreció mucha más resistencia de la esperada (89-79). Parecía al iniciarse el partido que los de Krzyzewski dejaban a los rusos entrar hasta la cocina -más acostumbrados a jugar al ataque sin cuartel que a la defensa-, pero éstos, como impedidos por el miedo a los bloqueos quizás de los jugadores de la NBA no se decidían a tirar y fallaban una detrás de otra (una canasta de cinco intentos).
Rusia llegó a ponerse cinco por delante pero, gracias a un parcial de 12-0 poco antes de irse al descanso, los estadounidenses volvieron a recuperar la ventaja (44-39). El favorito inició el tercer periodo con su mejor juego, ampliando la ventaja en ocasiones con la inestimable ayuda del silbato. Aunque los árbitros habían comenzado el partido desconcertando a los estadounidenses al pitar las faltas al estilo FIBA y no al NBA al que están acostumbrados, con el paso de los minutos comenzaron a ser mucho más permisivos con los americanos y estrictos con los europeos.