ESTADOS UNIDOS Rose (11), Billups (15), Iguodala (3), Durant (27), Odom (8) -cinco inicial-, Gay (1), Love (3), Westbrook (2), Gordon, Chandler.

BRASIL Huertas (8), Barbosa (14), García (5), Vinicius (16), Splitter (13) -cinco inicial-, Batista, Giovannoni (5), Batista, Machado (7), Becker.

Parciales 22-28, 21-18, 18-13, 9-9.

Árbitros Brazauskas (LIT), Christodoulou (GRE) y Seibel (CAN).

Kevin Durant está llamado a ser uno de los grandes referentes de la NBA. El alero de los Oklahoma City Thunder, que se ha arrogado el cartel de estrella del Dream Team en el Mundobasket de Turquía, ofreció ayer una nueva exhibición para consumar la tercera victoria de su selección ante un equipo brasileño que se encomendó al talento de dos de los hombres que hace unos meses condujeron al Caja Laboral al título liguero, Tiago Splitter y Marcelinho Huertas, pero que al final sucumbió ante la calidad del principal candidato al título.

Durant, que concluyó el duelo con 27 puntos, volvió a mostrarse intratable ante la defensa brasileña. Todavía nadie ha encontrado la fórmula para frenar a este talentoso jugador. Quizá no exista. De su mano, Estados Unidos resolvió un duelo que se complicó mucho más de lo esperado, gracias sobre todo al empeño de los dos jugadores con label baskonista, que mantuvieron a su equipo por delante en el marcador hasta bien entrado el tercer cuarto.

Los americanos aguardaban un nuevo paseo, otro trámite, pero se toparon con un rival dispuesto a sacar tajada de sus excesos de confianza. La electricidad de Huertas, que anotó los cuatro primeros puntos del envite, advirtió a los pupilos de Coach K de que el encuentro no se iba a disputar al ritmo caribeño, casi de amistoso, con el que los americanos habían sumado sus dos primeras victorias.

Magnano, que sabe de esto, varió sus esquemas para adaptarse a los de la bestia estadounidense. Ante la ausencia de Nene y Varejao, no intentó, como han hecho otros en vano, sacar partido al hecho de que los yankees carecen de un cinco puro, sino que equiparó en dinamismo los quintetos con la entrada de Vinicius como acompañante de Splitter en el juego interior. La apuesta funcionó. Brasil sacó tajada al pick and roll entre Splitter y Marcelinho, que lo juegan de memoria, y aprovechó los espacios que dejaban las ayudas para explotar el lanzamiento exterior.

Ante el asombro de Krzyzewski, que limitó al máximo la rotación, Brasil se mantuvo en el partido hasta el último instante. Sólo la insultante facilidad anotadora de Durant permitió a los americanos enjugar los hasta ocho puntos de desventaja que llegó a lucir el electrónico y encarar los últimos minutos por delante.

Marcelinho, pese a todo, dispuso de dos tiros libres para forzar la prórroga. El base del Caja Laboral falló el primero, lanzó el segundo a fallar, capturó su rebote y asistió a Barbosa, que cerrado bajo el aro a punto estuvo de anotar. Brasil evidenció que, contra lo que parecía hasta ahora, Estados Unidos no es invencible.