barcelona. Zlatan Ibrahimovic fue presentado ayer como nuevo jugador del AC Milan tras abandonar el sábado el FC Barcelona por la puerta de atrás, por donde muchas veces han desfilado jugadores con gran proyección y que han caído en desgracia por diferentes motivos. Encumbrado hace justo un año cuando apareció en el Camp Nou, donde miles y miles de barcelonistas aplaudieron su llegada, Ibra firmó su adiós la noche del sábado en las oficinas del club catalán con un aire desafiante pero a la vez contento para iniciar un nuevo proyecto en el club rossonero.
Un visto y no visto de un jugador con el que el Barcelona se las prometía muy felices, pues su llegada representó la salida de un Samuel Eto"o en el que Pep Guardiola proyectó hace justo un año todos sus temores en que en el futuro sería un problema en el vestuario. Para prevenir futuros problemas, Guardiola cambió de ariete a precio de oro, quizá sin leer antes el expediente que arrastraba el sueco.
Ibra fue fichado el verano pasado por la directiva de Joan Laporta, bajo el expreso deseo del técnico, quien en la misma carambola empujó fuera del club a Eto"o, en una operación económica de mucho riesgo y carísima para el Barça. Con la jugada, todos parecían contentos: pues el Inter recibía más de 40 millones de euros más el delantero camerunés y el Barça solucionaba futuros problemas de vestuario y contrataba una pieza esencial para Guardiola.
El fichaje del internacional sueco despertó grandes expectativas en la afición, de modo que el día de su presentación 60.000 personas asistieron al Camp Nou para darle la bienvenida. Un año más tarde, el Barça ha abierto la puerta de atrás al sueco. Si bien los números del ex jugador de Malmöe, Ajax, Juventus e Inter han sido más que aceptables (22 goles en 42 partidos y 4 títulos), son otras las cuestiones que a Guardiola no han terminado de convencerle.
Zlatan había perdido terreno al final de la última campaña en detrimento de Bojan. En alusión a esto, su representante Mino Raiola había explicado días atrás a la emisora RAC1: "Yo sé por qué Ibra no estaba bien al final de la temporada pasada. Yo sé lo que faltaba. Había un problema, pero no quiero hablar de eso".
Si ya se podía presagiar que algo no iba bien en la relación entre Guardiola e Ibra, el fichaje de David Villa incrementó el estado de incertidumbre, que terminó por explotar tras el Barcelona-Milan del pasado miércoles. Ante los medios de comunicación italianos y tras no haber festejado con sus compañeros el título, Ibrahimovic manifestó: "El entrenador no me quiere. No sé qué problema tiene conmigo, ni dónde está el problema. Sólo ha hablado conmigo dos veces en los últimos seis meses".
El entrenador barcelonista contestó de inmediato: "Si en seis meses sólo he hablado dos veces con él es por alguna razón. Las razones no las explicaré por el bien de la institución". Y agregó que no tenía "ningún reproche que hacerle a Ibrahimovic en cuanto a su trabajo en los entrenamientos, pero hay una persona antes que el jugador", dejando entrever que el problema excedía lo futbolístico.
Al final el tira y afloja se resolvió como se esperaba: Ibra recaló en Milán, donde ayer mismo fue presentado en un club que, según dijo, espera no abandonar en mucho tiempo: "He venido a ganar y no dejaré este equipo hasta que no gane todo", contestó a un periodista que aludía a sus continuos cambios de camiseta en los últimos años (Juventus, Inter y Barcelona). El tiempo pondrá a cada uno en su sitio.