cincinnati. El chipriota Marcos Baghdatis apartó al español Rafael Nadal de la semifinal más esperada del Master 1000 de Cincinnati, la que le enfrentaría al suizo Roger Federer, al derrotarle en cuartos por 6-4, 4-6 y 6-4 en un partido en el que salieron a relucir los problemas que está atravesando el tenista de Manacor con su golpe de revés. La semifinal más esperada por los aficionados entre el actual número uno del mundo y el que muchos señalan como el mejor tenista de la historia tendrá que esperar, posiblemente hasta el Abierto de Estados Unidos, que arranca en una semana.
Marcos Baghdatis tenía una oportunidad de colarse en las semifinales del Master de Cincinnati y optar a una final y supo aprovechar su ocasión. Apoyado en su potente servicio, con el que logró ni más ni menos que 13 saques directos, y jugando de tú a tú Nadal en cuanto a derroche físico, el chipriota logró tras poco más de dos horas y media inclinar la balanza a su favor y presentar sus credenciales al título.
El partido arrancó con complicaciones para el español. Nada más empezar el primer set ya se pudo comprobar que a Nadal no le esperaba un duelo cómodo, más después del derroche físico que tuvo que realizar para derrotar en octavos de final al francés Julien Benneteau, que ya le hizo sudar sangre. Pese al cansancio acumulado, el español intentó arrollar a su rival para marcar el duelo. Dispuso en los primeros compases de hasta cinco ocasiones para romper el servicio de su rival, pero en todas se estrelló con un auténtico muro que devolvía todas y cada una de sus bolas. Al final fue el chipriota el que supo romper el servicio de Nadal y apuntarse la manga. El público estadounidense, atónito, disfrutó de lo lindo ante el espectáculo de testosterona y derroche físico que ambos contendientes ofrecieron desde los primeros juegos.
En la segunda manga el español y el chipriota intercambiaron sus servicios en los dos primeros juegos. Nadal no manejaba el partido, no tenía el control. El número uno del mundo, sin embargo, se puso el mono de trabajo y apretó los dientes para, con un juego firme desde el fondo de la pista y atacando los puntos débiles de Bahgdatis, conseguir superarlo de nuevo para igualar el marcador.
El tercer set fue jugado de poder a poder entre dos jugadores que no querían dar su brazo a torcer. Baghdatis volvió a apoyarse en su servicio (seis aces) para doblegar a un Nadal cada vez más cansado. La rotura de servicio llegó en los últimos juegos, cuando más daño hace. Nadal, aunque lo intentó, no pudo contrarrestarlo y abandonó el torneo con un sabor agridulce.