VITORIA.- A la espera de que el Maccabi eche mano a sus arcas para abonar un traspaso de cuantía estimable al Baskonia -un extremo cada vez más remoto- Eliyahu sigue perpetuando su tira y afloja. Hasta que no finalice sus compromisos internacionales con Israel en el Preeuropeo -en principio podría estar en la capital alavesa el 29 de agosto- al menos puede evadirse de su problemática situación junto a varios de sus compatriotas.
El problema es que su estado de excepción va camino de causar serios perjuicios al conjunto baskonista en lo que respecta a la confección definitiva de su plantilla. El más inmediato, la imposibilidad de que el Caja Laboral se haga con los servicios de uno de los jugadores nacionales de mayor proyección, el ala-pívot Pablo Aguilar. El cuatro andaluz quería jugar en Vitoria, y como bien apuntó ayer su agente a este periódico, "el Baskonia tenía un gran interés por Pablo".
Sin embargo, el dilema sobre la continuidad o no del israelí en el Buesa Arena no ha permitido que el club vitoriano se lance definitivamente a por uno de los escasísimos cupos de calidad que pululan ahora mismo en el mercado ACB. "Estaban atados por la situación de Eliyahu, como nos informaron desde un principio. Nosotros éramos conscientes de que, si Eliyahu no salía, el Baskonia tendría superávit de pívots, por lo que las expectativas de que Pablo jugara eran muy difíciles", explicó ayer José Ortiz.
Ante esta tesitura, y aunque al cierre de esta edición aún no había sido oficializado, el propio agente de Aguilar reconoció ayer que todo estaba "bien encaminado" para que el Real Madrid acabe cediendo al interior nacido en Granada al recién ascendido CAI Zaragoza. A pesar de repescarlo hace unas semanas a cambio de unos 350.000 euros -operación acometida cuando Antonio Maceiras aún era responsable de la sección de baloncesto, de la que fue cesado días después- el andaluz no entra en los planes de Ettore Messina para esta temporada, por lo que una cesión se antojaba como la mejor posibilidad para no perder definitivamente al jugador. Con este préstamo al conjunto aragonés, el Real Madrid dispondrá de un salvoconducto de un año para pensar qué quiere hacer realmente con el ala-pívot, que sueña con probar suerte en la NBA a medio plazo.
objetivos más modestos De esta forma, y como indica el representante de Aguilar, "no se han dado las circunstancias" para que el Caja Laboral estuviera en disposición de hacerse con los servicios del que recientemente se convirtió en el primer descarte de Sergio Scariolo para el Mundial de Turquía. A punto de cumplir 21 años, Aguilar deberá competir esta campaña por objetivos más modestos de los que soñaba alcanzar con la escuadra baskonista, como aseguró en las páginas de este periódico el pasado 4 de agosto: "El Caja Laboral ilusiona a cualquiera porque es un equipo muy grande y muy trabajador, con muchísimas posibilidades para un jugador joven". Ahora, cansado de aguardar una resolución que virase su rumbo hacia la capital alavesa, Pablo Aguilar buscará seguir progresando como jugador en el CAI Zaragoza, donde ya le esperan con los brazos abiertos.
Pese a todo, mientras su cesión continúe sin hacerse oficial -algo que, en principio, no debería prolongarse demasiado-, el ex jugador del CB Granada puede aferrarse al clavo que su agente, buen conocedor del mercado y lo imprevisible de sus movimientos cuando el Baskonia está por medio, deslizó ayer en un alarde de sinceridad: "Hasta el último momento, nunca se sabe lo que puede pasar". Pese a todo, y salvo sorpresa, parece que el equipo azulgrana deberá seguir escudriñando el mercado en busca de un cupo de garantías. Si la búsqueda no fructifica, Ivanovic ya adelantó que el equipo "se quedará como está", sin una cuarta ficha nacional solvente.