Vitoria. Es el más difícil todavía. De hecho roza lo imposible. Al menos, hasta la fecha nadie lo ha hecho. Alberto Zerain, el primer alavés en ascender el Everest y que cuenta ya con siete ochomiles en la mochila -Kangchenjunga, K-2, G-I, G-II, Makalu y el ya citado Everest- busca ser el primero. El alpinista gasteiztarra parte mañana hacia Nepal donde dará inicio su particular odisea.
El alavés se ha embarcado en un reto de máxima envergadura: coronar el Everest (8.848 metros) por el corredor Horbein en estilo alpino, sin ayudas de sherpas, ni de oxígeno y además lo hará en solitario por la ruta de acceso más complicada que tiene el techo del mundo y una de las más difíciles de los 14 ochomiles.
Buena prueba de ello, es que de las 4.111 ascensiones registradas al coloso del Himalaya únicamente siete han sido a través de la vía abierta por el estadounidense Tom Horbein en 1963 y sólo los suizos Erhard Loretan y Jean Troillet, en 1986, lo lograron sin ayuda de sherpas, oxígeno, campamentos de altura ni cordadas previamente instaladas.
Eso sí, entonces fueron dos. Ahora el gasteiztarra afronta un reto similar pero lo hará sólo. Zeras contra el Chomolungma, madre del universo en tibetano. Es el más difícil todavía. Buena prueba de ello es que el año pasado, tres alpinistas de la talla de Juan Vallejo, Alberto Iñurrategi y Mikel Zabalza, quienes recientemente han hecho historia al abrir una nueva vía mientras encadenaban las tres cimas del Broad Peak no pudieron coronar con éxito el Everest por el corredor Horbein.
Ese es el reto que Zeras tiene ahora ante sí. El gasteiztarra no le da muchas vueltas al hecho de por qué ha elegido esta aventura. "Es algo que se sale de lo habitual, es muy estético, pero tampoco es algo que haya buscado y le dé mucha importancia", asegura. Resta trascendencia también al hecho de afrontar esta ascensión en solitario. "Si vas dos o tres claro que te sientes más arropado, pero así uno es más autónomo, puede ir tomando sus decisiones y aunque parezca que la dificultad pueda ser mayor, a veces el estar sólo se puede convertir en un aliado y es una ventaja".
Al menos, para él queda claro que extraño no es. No hay más que constatar las impresionantes ascensiones realizadas por él recientemente al K-2 y al Kangchenjunga. Esta última partiendo de noche para ayudar al grupo de Al filo y que le llevó tan sólo 18 horas desde el campo 4 hasta la cima y de nuevo al base. Impresionante. Sólo al alcance de un fuera de serie y Zeras lo es.
Eso sí, el vitoriano es consciente de que no será sencillo poder culminar con éxito su ascensión al Everest por esta complicadísima vía. "El hecho de intentarlo y estar ahí sólo peleándolo ya para mi es muy importante". Mucho lo va a tener que pelear. El larguísimo corredor de 60º que surca la pared norte no da la más mínima tregua. "Es una ruta muy larga, en la que no hay descansos y desgasta mucho", asegura el vitoriano, que tendrá que andar con mil ojos.
Y es que el corredor Horbein no admite el más mínimo error y requiere además de una preparación física y psicológica excepcional. Al menos, Zerain cree que está preparado para afrontar esta lucha de tú a tú con la montaña. Ahora sólo hará falta que le acompañe el buen tiempo para poder culminar con éxito su proyecto y no tener que darse la vuelta como les ocurrió hace un año a a los miembros del BAT Team.
Si todo marcha según lo previsto, Zerain estará los próximos 40 días aclimatándose y reconociendo la ruta para atacar la cima a mediados de septiembre. Ahí se verá si el gasteiztarra vuelve a hacer posible lo imposible.