vitoria. Mientras Nemanja Bjelica continúa jugando a varias bandas y retrasando la decisión definitiva respecto a su futuro, un hecho motivado en parte por la codicia de sus agentes y su ferviente deseo de lucrar sus bolsillos, la configuración de la plantilla del Caja Laboral continúa todavía en el aire. Una vez el alero serbio decida si acepta o no la proposición baskonista para las próximas cuatro temporadas -algo que según su entorno no se producirá hasta primeros de la próxima semana-, las siguientes fichas del dominó irán cayendo por su propio peso y, coincidiendo con el arranque de la pretemporada el próximo 12 de agosto, el grueso del bloque adiestrado por Dusko Ivanovic para la temporada 2010-11 estará prácticamente definido.
Más allá del pívot que aterrice en la capital alavesa para cubrir el enorme vacío dejado por Tiago Splitter y contando ya con la llegada del base-escolta David Logan para reforzar la cuerda exterior, el vigente monarca liguero presentará una fisonomía renovada en las posiciones de alero y ala-pívot. Y es que la llegada de Bjelica afecta indirectamente a dos piezas que, desde el inicio del verano, poseen colgado sobre su espalda el cartel de transferibles. Son los casos de Lior Eliyahu y Walter Herrmann, quienes salvo sorpresa están llamados a abandonar la entidad vitoriana. Siempre que cumpla con la premisa de dejar una buena cantidad de dinero en las arcas del Buesa Arena, el israelí ya conoce de primera mano que tiene las manos libres para regresar al Maccabi. Distinta es la situación del argentino, sin tentadoras ofertas en firme sobre su mesa y que quiere hacer valer el oneroso contrato que le suscribió en su día el club.
Entre ceja y ceja también se encuentra el desembarco de un jugador seleccionable que permita al Caja Laboral cumplir los cupos vigentes en la ACB. Con sólo tres españoles en nómina (Oleson, San Emeterio y Ribas), urge incorporar un cuarto elemento que sea de utilidad para Ivanovic, siendo Trías y Aguilar las piezas más apetecibles. Ninguno parece tener hueco ni en el Barcelona ni en el Real Madrid, aunque obviamente sus actuales clubes no desean bajo ningún concepto que acaben reforzando a un rival directo por el título liguero. El gerundense parece algo más asequible por el hecho de que podría llegar con la carta de libertad bajo el brazo.