Vitoria. Tener dudas es lo peor que le puede pasar a un equipo que se juega su futuro a partido único, que sabe que sólo 90 minutos le separan de seguir vivo en una competición o de verse obligado a hacer las maletas antes de tiempo debido a que no existe la posibilidad de solucionar errores. España examinará hoy sus titubeos ante Portugal con un puesto en cuartos de final en juego. La selección de Vicente del Bosque aterrizó en Sudáfrica con la confianza por bandera. El éxito en la Eurocopa de 2008 y el hecho de haber encontrado un estilo de juego que le iba como anillo al dedo le colocó, casi sin quererlo, la etiqueta de gran aspirante al cetro planetario, pero la realidad ha hecho que la incertidumbre se haya apoderado de un grupo humano y su entorno que en algún momento llegó a pensar que los primeros partidos iban a ser poco más que un mero trámite. La derrota ante Suiza en el estreno y la perdida de frescura, fortaleza física y juego en los siguientes compromisos han provocado que el duelo ante el combinado luso se presente más abierto que lo que se esperaba.

En un partido en el que, emulando al circo romano, España sabrá si su rendimiento en el Mundial merecerá la gesticulación de pulgar hacia arriba o pulgar hacia abajo, Del Bosque confiará en el mismo 11 inicial que derrotó a Chile en el partido que selló el billete para octavos de final. Xabi Alonso parece haberse recuperado de los problemas de tobillo que le hicieron ser duda para este compromiso y ayer entrenó al mismo ritmo que sus compañeros, mientras que Capdevila tiene todos los boletos para seguir ocupando el lateral izquierdo, aunque había voces que apuntaban a una posible incorporación de Arbeloa por el mero hecho de conocer de primera mano el juego de Cristiano Ronaldo, compañero suyo en el Real Madrid y gran estandarte de la selección lusa.

Portugal llega, por su parte, a esta contienda, después de haber cumplido los pronósticos que le colocaban como segundo de un grupo gobernado por Brasil con mano de hierro. Los entrenados por Queiroz han hecho gala de una gran consistencia defensiva y no han encajado ningún gol en los tres partidos disputados, aunque a la hora de hacer goles su rendimiento ha sido otro cantar. Le metieron siete a la débil Corea del Norte, pero su juego atacante fue del todo ineficaz tanto ante Costa de Marfil como ante la canarinha.

Tanto Queiroz como Del Bosque coinciden en señalar que el juego de los portugueses va más allá de Cristiano, pero lo cierto es que es el astro madridista el que capitaliza todas las variantes de un conjunto al que le falta imaginación y construcción. El técnico salmantino espera que Puyol y Piqué vuelvan a demostrar que le tienen tomada la medida. De ello dependerá que el pulgar acabe señalando hacia arriba o hacia abajo.