durban. La selección de Eslovaquia, una debutante mundialista que se ha colado en los octavos de final, se amarra al factor sorpresa que ha alentado su progresión para poner a prueba las aspiraciones de Holanda, ataviada de la condición de favorita. El conjunto de Bert Van Marwijk arrolló en la primera fase para sellar su candidatura. Pasó por encima de Dinamarca, Japón y Camerún y logró el pleno de puntos aunque su falta de continuidad en el juego dejó entrever ciertas dudas. Sobre todo, porque la falta de concentración puede cimentar el maleficio de la segunda fase que pesa sobre ella en los últimos grandes acontecimientos.

En los grandes torneos recientes, la Eurocopa de Suiza y Austria 2008 y el Mundial de Alemania 2006, Holanda comenzó arrollador, pero fue despedido en el primer cruce de las eliminatorias. El regreso a la actividad de Robben, su principal referente, fue lo mejor del último partido. Sin embargo, la presencia del atacante del Bayern Múnich desde el inicio del partido contra Eslovaquia es una incógnita. Es más, Van Marwijk es partidario de darle entrada en el transcurso del encuentro y no dentro del once inicial para seguir los plazos y no precipitar su vuelta, con las vistas puestas en unos cuartos de final que se antojan un reto más asumible de lo que a buen seguro podrían haber pensado los holandeses antes de que comenzara el Mundial. Las tarjetas son una preocupación añadida para Holanda, que cuenta con seis hombres advertidos de suspensión y que podrían perderse el choque de cuartos, ante el ganador del duelo entre Brasil y Chile. Los delanteros Robin van Persie y Dirk Kuyt, los centrocampistas Rafael van der Vaart y Nigel de Jong y los defensas Gregory van der Wiel y el capitán Giovanni van Bronckhorst afrontan el partido con la amonestación.

la humildad eslovaca Al otro lado, Eslovaquia pretende seguir ampliando su historia. El conjunto centroeuropeo ha dejado de lado las dudas que saltaron en su estreno mundialista, donde no fue capaz de pasar de un empate ante Nueva Zelanda. Aquello levantó ampollas alrededor del cuadro eslovaco, que supo rehacerse y crecer a lo largo de la competición hasta meterse entre las 16 mejores selecciones del mundo. El equipo de Vladimir Weiss perdió después contra Paraguay (2-0) pero supo sobreponerse y apurar sus opciones de clasificación en el partido frente a la última campeona, Italia, en el partido decisivo, en el que contó con el tino del atacante Robert Vittek, ubicado entre la relación de máximos artilleros. Eslovaquia se resguarda en la humildad y traspasa la condición de favorito a su adversario. Sabe que sus opciones pasan por ahí y por prolongar la solidez mostrada en su partido contra Italia.