Vitoria. No acostumbra Irujo ha presentarse en las ruedas de prensa post final con la txapela de turno. Pero ayer apareció ante los medios con el preciado trofeo entre las manos. "Ya la guardo yo, no vaya a ser que alguno me la quite", explicó satisfecho. No era para menos. El propio pelotari de Ibero explicaba que era "la txapela más importante de mi vida con diferencia, por lo mucho que he sufrido". Es su primera corona como padre, algo que estuvo muy presente en la cabeza de Irujo desde que encendió el cartón 22. "Este triunfo se lo dedico a mi hija y a Gema (su mujer), que son las que me aguantan todos los días". Siente el navarro que cada título está más caro: "Cada vez cuesta más llegar a la final y pasar toda la semana previa a la final. Por eso esta txapela me sabe como todas las anteriores juntas".
Repasaba Juan Martínez de Irujo las claves de su pulso con Yves Xala. A pesar que desde fuera se vio al delantero navarro jugando como nunca, él admitía que no era todo tan sencillo como podría pensarse: "No he disfrutado nada a lo largo del partido. Ha sido, sin duda, el partido que más tensionado he jugado. Al principio ha habido momentos que le daba a la pelota por darle, no gozaba en absoluto. Me costaba meter la cadera. Si he ganado ha sido porque Xala ha fallado más que yo".
Ese atasco en el juego vino causado, en parte, por el arranque de Xala, que con el saque a su favor se puso 0-4 en el marcador. "Todos sabemos que en el mano a mano el saque es importantísimo. Me ha pillado además sin estar muy centrado en el partido y se ha adelantado", explicaba Irujo, "después he cogido el punto, le he metido ventaja y he dado la vuelta al marcador". Con Juan Martínez de Irujo no hay ventaja que valga: "Cuando íbamos 0-4 pensaba que todavía quedaba mucho para el 22. Yo no me doy nunca por vencido". La clave estuvo en su capacidad para "cruzar la pelota y complicar a Xala". Así todo, reconocía que le costaba encontrar el buen juego: "He mandado algunas pelotas abajo, algún fallo. Ha sido porque no he sabido contenerme en la primera fase del partido".
Luego supo matar el partido en los momentos decisivos. Como él mismo bromeaba, "tal vez sea por la gran cantidad de cerezas que he comido esta semana, es el mejor fruto que hay". Con Xala dominado, Irujo bajó el pistón: "Cuando llevaba ventaja me he relajado porque tenía margen de error. Ha sido con 20-10. Él se ha ido hasta el tanto trece y luego ya he terminado".
El pelotari navarro reconocía su buen trabajo defensivo, pero señalaba que "Xala también ha defendido muy bien, restando pelotas muy difíciles de aire. Yo he estado muy ligero de piernas y he podido llegar a varias dejadas en el uno. A algunas incluso he llegado pero luego no las he levantado. Así ha sido también el último tanto, pero para eso entrenamos, para llegar frescos". Si hay algo en lo que Xala le hizo daño fue con el saque. Hasta seis tantos sumó el de Iparralde. A lo largo del partido Irujo cambió constantemente de estrategia para contrarrestar su golpeo inicial: "El primer tanto se lo he restado de aire para que él no esté cómodo. Luego he ido cambiando, pero sobre todo no quería cometer errores. Hoy en día también entrenamos eso, el mirar por el rabillo del ojo al contrario para ver si se adelanta o si espera atrás".
Se fue del Ogueta con su txapela entre las manos, la cuarta que consigue en el Manomanista. Hubo quien que le recordó el record de l gran Retegi. El de Ibero no tardó un segundo en expresar sus intenciones: "¡Pues a por otras ocho más y a pasar a Julián! Puede parecer imposible, pero por intentarlo que no sea". Queda mucho Irujo.