vitoria. La selección francesa ya no es un polvorín. No es nada. Nicolas Anelka la reventó en el descanso del partido que los bleus disputaron y perdieron frente a México. "Vete a tomar por el culo, sucio hijo de puta", dicen que le dijo el delantero del Chelsea a su técnico Raymond Domenech, el hombre contra el que carga toda Francia como culpable de la debacle que vive su selección, apenas ocho años después de ganar su Mundial y cuatro desde que Zidane diera aquel postrer cabezazo a Materazzi que significó la amarga despedida del líder galo.
La Federación Francesa tomó cartas en el asunto y zanjó el affaire con la expulsión de la concentración del delantero del Chelsea. Los dirigentes galos, que ya habían sentenciado a Domenech antes de viajar a Sudáfrica al confirmar que Laurent Blanc se hará cargo de la selección al término del Mundial, exigió a Anelka que rectificara su postura y pidiera perdón al seleccionador. El polémico delantero no sólo no cumplió el requisito que le pedían desde los despachos, sino que ni siquiera acudió a la sesión de entrenamiento que realizaron ayer sus compañeros en las instalaciones del Campo de los Sueños de Knysna.
Antes de esta sesión de trabajo, el directivo de la Federación gala Christian Teinturier advirtió que "si realmente Anelka usó esas palabras, no tiene nada que hacer allí. Si dijo eso, no entiendo por qué estuvo en el entrenamiento del viernes. Debió pedir disculpas o haber sido expulsado de inmediato".
Francia camina sin rumbo. Sin una luz que ilumine su camino y demuestre sobre el campo que tiene galones de campeona. Empató sin goles con Uruguay y fue humillada por México, lo que complica gravemente su clasificación, ya que un empate entre las dos selecciones hispanoamericanas dejaría a los galos apeados del Mundial a las primeras de cambio.
Todo comenzó el pasado jueves, cuando Raymond Domenech criticó a Nicolas Anelka la actitud que había tenido durante el primer tiempo del encuentro ante México. "OK, sales de la cancha", respondió el seleccionador a los insultos de su jugador. Pero no fue sólo Domenech quien vio la actitud abúlica de Anelka sobre el terreno de juego. El ex internacional por Francia Bixente Lizarazu también acusó al delantero de desidia. "Lo que me molestó de Anelka fue su actuación en la primera parte. Vi a un jugador de paseo. ¡Paseándose en un Mundia! No era agresivo, no le interesaba el partido. Domenech lo sustituyó en el descanso pero debió hacerlo mucho antes", zanjó el que fuera jugador del Athletic.
Anelka lo niega Sin embargo, el propio Nicolas Anelka declaró ayer al diario francés France Soir que sí tuvo una "movida discusión" con Domenech, pero negó que lo insultara. "Eso pertenece a los secretos de un vestuario. Ocurrió entre el entrenado y yo, delantede mis compañeros y el equipio de entrenadores. No tendría que haber llegado nunca al público".
Anelka añadió que siente un respeto total por la selección y por sus compañeros y que nunca intentó desestabilizar al grupo. "No sé a quien puede traer ventajas haber llevado este asunto a la opinión pública", finalizó el delantero.
Este detalle es también el que ha sembrado cizaña dentro del vestuario galo. Patrice Evra, uno de los veteranos del equipo bleu, aseguró que "el problema no es Anelka. Es más bien el traidor que lo reveló todo a los medios. A ése sí habría que echarle del equipo".
Sin decirlo, Evra parecía señalar a Yohann Gourcuff, el centrocampista del Girondins de Burdeos y el más joven de los seleccionados por Domenech, que mantiene serias diferencias con el propio Anelka y con Frank Ribery.
Y es que los veteranos del conjunto galo han cerrado filas en torno a la figura de Zinedine Zidane que el pasado lunes aseguró que "Domenech no es un entrenador. No hay un juego de equipo, todo son acciones individuales. Los jugadores deben reaccionar, unirse y tomar decisiones en beneficio del equipo".
Anelka adelantó su viaje de regreso a Francia. Sus compañeros le acompañarán en breve. Antes de que se jueguen los octavos de final.