"DEBEMOS estar muy desesperados si estamos pidiendo que David Calamity James sea nuestro portero titular". Un diario londinense escenificaba en su edición del lunes con este comentario la sensación de exasperación que impera en Inglaterra después de que el garrafal fallo del meta Robert Green, a quien un sencillo tiro lejano de Clint Dempsey se le escapo entre los guantes para propiciar el empate de Estados Unidos, haya reabierto la nunca cerrada polémica de la escasa seguridad que ofrecen los porteros ingleses. Los chistes sobre la figura del arquero del West Ham se suceden por doquier -el Daily Mirror publica los mejores de entre los enviados por los lectores- e incluso otro Robert Green, de 45 años y residente en East Yorkshire, ha anunciado su intención de cambiarse de nombre debido a las numerosas llamadas telefónicas que recibe a diario para insultarle. Pese a todo, todo apunta a que Fabio Capello dará continuidad hoy a Green contra Argelia, aunque su rendimiento será seguido con lupa.
Pese a que sea James el hombre que lleva años portando el ingrato mote de Calamity, lo cierto es que este sobrenombre podría acompañar a cualquiera de los porteros que ha defendido la portería inglesa en los últimos tiempos. El empaque de nombres como Gordon Banks, Bert Williams, Ray Clemence o Peter Shilton, que pese a contar con errores en sus currículums lograron marcar época, ha dado paso a constantes cambios en un puesto fundamental para cualquier técnico. Sólo en la última década, los distintos seleccionadores han probado a David Seaman, David James, Paul Robinson, Scott Carson y Robert Green -las apariciones de Chris Kirkland y Joe Hart han sido anecdóticas- y todos ellos, a excepción por el momento de Green, han sido apartados por errores monumentales.
Seaman, el portero del Arsenal que se comió aquel gol de Nayim en la final de la Recopa de 1995, se ubicó bajo los palos de la portería inglesa hasta 2002, cuando tenía ya 39 años, pero dos cantadas garrafales echaron la persiana a su carrera internacional. En el Mundial de ese año fue sorprendido por un lanzamiento de falta lejanísimo de Ronaldinho que acabó con la singladura de Inglaterra en cuartos de final, mientras que meses después encajó un gol directo de córner del turco Artim Sakiri en un choque clasificatorio para la Eurocopa de 2004. Aquel fue su último partido con los pross. Su testigo lo recogió David James, que se mantuvo como titular incluso cuando el West Ham descendió en 2003 a la First Division. Calamity presenta un amplio listado de pifias, como aquella de septiembre de 2004, cuando se le coló por debajo del cuerpo un disparo del austriaco Andreas Ivanschitz en una contienda valedera para jugar el Mundial de 2006. Aquel error le llevó a perder su puesto de titular indiscutible, pero el 17 de agosto de 2005 todavía tuvo tiempo de protagonizar otro episodio memorable en su carrera: salió tras el descanso en un choque ante Dinamarca y encajó cuatro goles en 45 minutos, un 4-1 que se convirtió en la derrota más amplia de Inglaterra en 25 años.
Después de James le tocó el turno a Paul Robinson, cuyo paso por la portería fue también turbulento. En octubre de 2006 no acertó a pegar a un balón con el pie tras una sencilla cesión de Gary Neville y sin que ningún jugador de Croacia le presionara lo más mínimo, mientras que un año después tuvo otro clamoroso fallo contra Alemania en Wembley y fue sustituido en el descanso.
El Colmo, Scott Carson A partir de entonces, Calamity volvió a hacerse con un hueco en el once titular, pero sus constantes lesiones han dado oportunidades a otros guardametas. Es el caso de Scott Carson. El por aquel entonces portero del Aston Villa debutó con los pross en noviembre de 2007 en Wembley, en una cita decisiva para que Inglaterra se clasificara para la pasada Eurocopa, pero a los ocho minutos de partido un inofensivo y lejano tiro de Nico Kranjcar se coló por debajo de su cuerpo. Croacia ganó 2-3, la selección de las islas se quedó fuera de la cita continental, el seleccionador, Steve McClaren fue despedido, y la carrera internacional de Carson no se ha recuperado desde entonces. Los problemas físicos de James obligaron a Capello a apostar por Robert Green para Sudáfrica y su cantada ante EEUU no ha hecho más que alargar una larga lista de calamidades.