PHilippe Senderos es para Suiza el equivalente de Carles Puyol para España. Es el hombre que imprime carácter a la zaga, el que grita hasta desgañitarse para ordenar posicionalmente a sus compañeros, el líder espiritual, el hombre que ante la baja hoy del delantero Alexander Frei, el gran capitán, proporcionará a sus compañeros las últimas instrucciones antes de ingresar en el verde y tratar de hacer saltar la banca ante los de Vicente del Bosque. Senderos es todo un veterano a sus 25 años. Tras debutar a los 16 años en la Primera División de su país y pasar por equipos de la solera de Arsenal, Milan o Everton, el central fichado recientemente por el Fulham es un referente para los de Ottmar Hitzfeld pese a que las lesiones han lastrado su carrera y llega a Sudáfrica algo corto de forma.

Fiero y rocoso dentro del terreno de juego, esta torre de 1,90, aspecto intimidatorio con su sempiterna cabeza rapada, cuello de boxeador y armazón fornido, es fuera del campo un ciudadano del mundo, un tipo instruido, con inquietudes culturales y un gusto exquisito en lo que a la literatura se refiere. Sus raíces deslocalizadas -su padre, Julián, es natural de Santiuste, provincia de Guadalajara, su madre, Zorica, es serbia y él nació en Meyrin, una pequeña localidad del cantón de Ginebra- y su carrera deportiva hacen que domine a la perfección seis idiomas -inglés, francés, castellano, portugués, italiano y alemán-. Su habilidad para aprender nuevas lenguas ha hecho que en más de una ocasión haya señalado que le gustaría trabajar en el futuro en algo que tenga que ver con los medios de comunicación, al tiempo que apunta su deseo de aumentar sus conocimientos -"me gustaría dominar algún idioma que no sea mayoritario, quizás ruso o griego", señala-, aunque ahora mismo se encuentre enfrascado en el persa, ya que su mujer es iraní y pretende ampliar su capacidad de comunicación con su familia. "Siempre tuve facilidad para los idiomas, me gusta practicarlos. Cuando sabes dos, los otros se aprenden más fácilmente. En la selección utilizamos el alemán, el francés y el italiano, pero es que, además, en Suiza hay gente de todos los países. Pero estamos acostumbrados, es algo que ya ocurre desde las categorías inferiores".

Devorador de la obra de Paulo Coelho, amante de las biografías de grandes líderes mundiales -las de Malcolm X, Martin Luther King y el Che Guevara están entre sus favoritas- y siempre dispuesto a culturizarse, los gustos literarios de Senderos no son los habituales de un futbolista de élite, sobre todo cuando sorprende con hábitos como el siguiente. "Estoy muy interesado en todo lo referente a la teología. Tengo muchos amigos en Ginebra que son musulmanes, por lo que me he informado mucho acerca del Islam y también sobre el resto de religiones monoteístas para establecer sus diferencias y semejanzas", apunta un jugador que mantiene una estrecha amistad con Cesc Fábregas desde que ambos vivieron juntos durante tres años cuando llegaron al Arsenal. "Vivíamos en casa de una mujer irlandesa, Noreen, que era como nuestra segunda madre. Cocinaba para nosotros, nos recogía en coche...", relata. Hasta tal punto están unidos que Fábregas lamentó profundamente no poder asistir a la boda del suizo por tener que jugar la Copa Confederaciones. Hoy dejarán su amistad al margen durante 90 minutos, pero cuando acabe el duelo seguro que el catalán buscará el abrazo de esta torre de Babel. "Es mi hermano mayor", reconoce.

mundial 2010

El suizo Philippe Senderos se enfrentará hoy a su gran amigo Cesc Fábregas. Foto: DEia

GRUPO H

Fichado recientemente por el Fulham, se afana ahora en aprender persa pues su mujer es iraní

Devorador de la obra de Paulo Coelho, lee todo volumen teológico que caiga en sus manos