ITALIA: Buffon (Marchetti, Min. 46), Zambrotta, Cannavaro, Chiellini, Criscito; Montolivo; De Rossi, Pepe, Marchisio (Camoranesi, Min. 58), Iaquinta y Gilardino (Di Natale Min. 73).

PARAGUAY: Justo Villar; Bonet, Antolín Alcaraz, Da Silva, Morel; Vera, Cáceres, Riveros, Torres (Santana, Min. 60); Nelson Haedo (Santa Cruz, Min. 68) y Lucas Barrios (Cardozo, Min. 76).

Goles: 0-1, m. 39: Alcaraz de cabeza tras el saque de una falta. 1-1, m. 63: De Rossi remata a gol con la pierna tras el saque de un córner y fallo del portero paraguayo Villar.

Árbitro: Benito Archundia (México). Mostró tarjeta amarilla a Víctor Cáceres (m. 62) y a Camoranesi (m. 70)

Incidencias: Partido disputado en el estadio Green Point, de Ciudad del Cabo ante 66.000 espectadores.

Vitoria. Un gol de Daniele de Rossi, decidido a asumir el liderazgo azzurro mientras dure la ausencia de Andrea Pirlo, evitó el sonrojo del vigente campeón ante Paraguay, reforzado por la oposición que ejerció ante Italia pero con un premio menor por un error de su meta, Justo Villar. El conjunto sudamericano tuvo el partido encarrilado. En su mano. Pero el desacierto de su meta le privó del triunfo y devolvió parte del crédito al criticado grupo de Marcelo Lippi, que no disipó sus dudas.

Italia sigue sostenido en la vieja guardia. Carece Marcelo Lippi de dotes de convicción, de juegos malabares para disimular que su bloque se sostiene en hombres de antaño, distantes de la reconversión y acuciados por el paso del tiempo.

Más de la mitad del once que dispuso ante Paraguay salieron campeones de Alemania con más o menos protagonismo. El meta Gianluca Buffon y los jugadores Gianluca Zambrotta, Fabio Cannavaro, Daniele De Rossi, Vincenzo Iaquinta y Alberto Gilardino. A los que hay que añadir la armada sentado en un banquillo abanderada por Andrea Pirlo, la gran añoranza azzurra.

Paraguay, mientras, padeció el impacto que genera su rival y el escenario, el Mundial. Se echó atrás, en contra de la teoría que predica su preparador, el argentino Gerardo Martino, empeñado en borrar la leyenda de conservador que históricamente persigue a la albirroja.

De entrada sorprendió la inclusión en el centro de la zaga de Antolín Alcaraz, presumible suplente en favor de Darío Verón, y quien puso en jaque a la actual campeona del mundo.

Pero Italia recuperó la compostura. Cercó a Paraguay, lastrada por el esfuerzo y tocada por el mazazo. Y fiel a su estilo, sin grandes alardes y de chiripa, encontró a De Rossi para igualar la contienda y evitar lo que hubiera supuesto una derrota de escándalo.