Vitoria. "Los goles son como el ketchup, que cuando sale lo hace todo junto de golpe. No estoy preocupado, trabajo igual que siempre. Dios sabe quién trabaja y quién merece. Estoy perfectamente tranquilo". A Cristiano Ronaldo, orgulloso como todo astro que se precie, no le hace ni pizca de gracia que le recuerden constantemente el hecho de que no marca un gol con Portugal desde febrero del año pasado. Es por ello por lo que ayer se apropió de una frase de su ex compañero Ruud Van Nisterooy para explicar su estado de ánimo antes de avanzar sus intenciones en este Mundial en el que hoy se estrena ante Costa de Marfil. "Quiero brillar y creo que lo voy a lograr. Quiero hacer un buen Mundial y, quién sabe, quizá puedo ser el mejor".

Portugueses y marfileños miden hoy sus fuerzas en un encuentro vital para ambos dentro del denominado grupo de la muerte. Con todas las miradas enfocadas en Brasil a la hora de señalar al principal candidato para acabar en primera posición, la selección que salga hoy perdedora se habrá complicado mucho la vida en su objetivo de alcanzar los octavos de final. Y mientras que los lusos se encomiendan al jugador del Real Madrid, en el combinado africano todos se encuentran pendientes del estado de Didier Drogba. Operado el 5 de junio de una fractura en su cúbito derecho, el punta del Chelsea se entrenó ayer y podría gozar de minutos hoy.