donostia. Han pasado sólo tres años desde aquel 17 de junio de 2007 en el que la Real Sociedad certificó su descenso a Segunda División en Mestalla. Pero esos tres años bien parecen siglos ahora que el conjunto donostiarra está a un paso de culminar su retorno a una categoría que nunca debió abandonar. Esta tarde (18.00 horas/Canal +), el cuadro txuriurdin se dispone a dar el último paso hacia la Primera División. Un solo punto será suficiente para que la escuadra que dirige Martín Lasarte celebre en Anoeta el ansiado ascenso que se le negó la pasada semana en Cádiz. En esta ocasión, y al contrario que en su primera temporada en la división de plata -en la que se le escapó en la última jornada- el retorno a la liga de las estrellas se antoja irremediable.

Hace dos años, con Juan Manuel Lillo en el banquillo, los donostiarras vivieron en Mendizorroza una jornada similar a la de hoy, en la que un triunfo les habría convertido entonces casi seguro en equipo de Primera. Sin embargo, aquel día, el albiazul Toni Moral resquebrajó las esperanzas de los miles de seguidores que se dieron cita en el estadio del Paseo de Cervantes cuando culminó la remontada del Alavés colocando un definitivo 2-1 en el marcador. Tan sólo la pasada temporada, también con Lillo en el banquillo, los realistas llegaron sin opción alguna a este tramo final de competición, circunstancia que pesó en la dirección deportiva para el cambio de técnico.

Esta tarde, la Real Sociedad aspira a ganar al Celta y disfrutar de una tarde de gloria sin necesidad de recurrir a la agonía y los nervios, y así poder descorchar una botella que lleva tres años envejeciendo en la bodega txuriurdin. Como cabía esperar, la afición de San Sebastián ha respondido con creces, pues no quedan entradas para el partido y miles de hinchas se tendrán que conformar con seguirlo por televisión o sumarse a los actos que tendrán lugar desde horas antes en los aledaños del estadio.

Sin embargo, como ya ha advertido Lasarte, en el entorno realista se teme la visita de un Celta que no se juega nada. Un equipo con mucha calidad pero también con evidentes problemas de cara al gol, inmerso además en una etapa de descomposición durante esta recta final, a la espera de iniciar un nuevo proyecto. Martín Lasarte cuenta con toda su plantilla disponible para sacar el punto necesario, y confía en un estadio talismán en el que sólo el Elche ha vencido esta temporada.

Si las cosas se tuercen en Anoeta, la Real podría aprovecharse de los pinchazos de sus rivales directos, en una jornada que contará con horarios unificados. El duelo entre Levante y Castellón, por un lado, y entre Salamanca y Betis por otro serán los dos encuentros de los que los aficionados donostiarras estarán muy pendientes. Tanto Levante como Betis podrían ser equipo de Primera esta jornada, o en su defecto darían un paso de gigante para su regreso a la élite en caso de vencer. Los béticos van a estar acompañados en las gradas salmantinas por más de 4.000 aficionados que sueñan con el ansiado ascenso. Además, béticos y levantinistas se enfrentan en la última jornada, por lo que no quieren dejar escapar la primera opción de regresar a la máxima categoría por la vía rápida.