La final que se disputó ayer en el Ogueta fue un buen partido,un duelo que tuvo ritmo desde el inicio y que resultó muy duropara sus protagonistas, sobre todo los zagueros, que tuvieronmucho trabajo. Y así es difícil aguantar como lo hicieron Zubietay Laskurain. Se preveía que de ellos iba a depender en gran medidael desenlace de la final, pero ninguno de los dos se impuso conclaridad al otro. En este sentido hubo una alternancia total:a veces mandaba uno, otras le tocaba al otro, aunque tal vezZubieta quitó bastante más pelota que un Laskurain que gozó enalgunas ocasiones y completó una buena actuación a pesar de quetambién cometió algunos errores.
Pero la diferencia estuvo en la delantera. Xala tuvo una actuacióncasi perfecta y marcó la diferencia. Se defendió de todos losataques de Gonzalez y terminó el tanto con mucha exquisitez cadavez que tuvo una oportunidad para hacerlo. Gonzalez tampoco estuvomal del todo, pero le faltó algo de continuidad. Sus rivalesquisieron evitarle y cuando entró en juego le faltó la tranquilidadsuficiente para insistir junto a su compañero en el castigo aZubieta.
Otra de las claves estuvo en el marcador. Xala y Zubieta, salvoen el inicio, siempre tuvieron ventaja en el electrónico. Y asíresulta un poco más sencillo afrontar un partido. En cambio,Gonzalez y Laskurain fueron a remolque, sobre todo en el tramodecisivo del duelo, y eso que tuvieron alguna ocasión de acercarsea sus rivales. Pero nunca pudieron nivelar la contienda. Ni siquieraacortar distancias de manera clara. Y eso les hizo mella cuandosus rivales volvieron a escaparse. Y es que a Xala le salió todobien. Incluso aquellos tantos más enrevesados. Fue una finalbonita en las que todos rindieron a un gran nivel, pero en laque Xala marcó la diferencia.
* Director deportivo de Aspe