Los entrenamientos realizados hasta la fecha permiten ser optimistas respecto al F-10 de cara a la primera carrera de la temporada, el próximo 14 de marzo en Bahrein. Foto: dna
LUGANO, ciudad suiza del cantón de Tesino, verbaliza en italiano. De ahí que Fernando Alonso (29-VII-1981, Oviedo) la haya escogido como refugio, además de por su proximidad a Maranello, legendaria fábrica de Ferrari, su corazón. La escudería es el epicentro de los ojos del aficionado a la Fórmula-1, ansioso por deshojar del calendario las tres semanas que restan para el arranque del Mundial. Allí, la estatua del Cavallino Rampante toma fuerzas para relinchar en dolby surround después de un año terrorífico para una empresa de filosofía monotemática desde que en 1950 inició su andadura: "Ganar allí por donde vamos". Una tuerca mágica que permite cambiar ruedas en sólo cuatro segundos es el último invento para que el F-10 tiña de rojo el campeonato ininterrumpidamente. La desidia final de Raikkonen es historia.
Nigel Wollheim, un responsable de Marlboro con más de tres décadas en la F-1, tardó poco en impregnarse de las nuevas sensaciones gestadas en Ferrari. "He conocido a todos los grandes campeones pero me sentí como un niño cuando vi a Alonso y quise fotografiarme junto a él", dijo tras haber experimentado vivencias de lo más inverosímiles. El asturiano, que con 25 millones anuales doblará el sueldo de su compañero (Felipe Massa), destila en el paddock un carisma desbordante, sabedor de que no rueda para un equipo más, de que encabeza la plasmación del mito, una leyenda cuyo objetivo presente es desmarcarse del circo montado en el ídem estos años precedentes: escándalos, dudas, pérdida de credibilidad y una crisis económica que tiene a algún aspirante en un tris de bajar la persiana. Aunque este curso tendrá un presupuesto de 300 millones de euros, la escudería transalpina dispondrá en 2011 -como el resto de sus oponentes- de 44 millones, frente a los 295 millones de 2009. Por eso, se atisba crucial precisar de un valor tan seguro al volante de cara a los más de 160 millones de aficionados repartidos por el mundo. El retorno de Schumacher -cinco de sus siete títulos los conquistó de rojo- enfundado en el traje de Mercedes, y con los interrogantes de su edad, lejos de causar temor, no hace más que reforzar el liderazgo de Ferrari y Alonso en el entorno.
En su vestuario predomina la cautela aunque bajo un guión sumamente optimista. Las soluciones mecánicas no pueden ser más interesantes: entre otros aspectos se ha modificado el ángulo sobre el que se montan el motor y la caja de cambios en 3,5 grados en relación al chasis. Modificación que permite elevar ligeramente la parte trasera del monoplaza, además de acrecentar el espacio que ocupa el nuevo difusor triple. "El hándicap de Ferrari es que hay demasiados italianos al mando», se despachó recientemente el legendario Niki Lauda, siempre preparado para lanzar dardos. Sin embargo, ese carácter latino es el que más embobado tiene a Alonso. «Se nota la pasión por las carreras en cada esquina de Maranello», confesó feliz durante la convivencia invernal en Madonna di Campiglio.
imagen de marca Familiaridad que se combina con la citada grandeza de marca, de dimensión planetaria. Un estudio la sitúa como la tercera más atractiva del mundo tras Google y Coca-Cola. El dato lo ofrece el Banco Santander, recién ingresado en el mundo rosso, como uno de los muchos factores que lo animaron a afrontar el patrocinio del ovetense a 40 millones anuales durante cinco ejercicios. No en vano, tuvo a mano entrar en la Champions o en alguno de los equipos punteros del fútbol estatal, pero escogieron la Fórmula 1, y al Cavallino, por su carácter universal, ligado a su vocación de negocio internacional.
Así, a expensas de la primera cita en Bahrein (14 de marzo), y a tenor de los tiempos registrados en prácticamente la totalidad de ensayos, se espera el banderazo con singular aire de triunfo. En la primera entrevista que Alonso lanzó en la página web de la escuadra dejó un mensaje a los fanáticos que delata la sintonía envolvente: "No habrá un solo día en que no piense en el equipo. Lo prometo». Fidelidad amplificada. «De los cinco libros escritos sobre mí (cuatro en español y uno en francés) no recomendaría ninguno. Se hicieron deprisa y para ganar dinero cuando me hice famoso. Ni siquiera los leí». Otra bofetada del piloto a los que tratan de hurgar en su celosa intimidad. Y es que «el día más bonito de mi vida está por llegar», proclama tras sus etapas fallidas en McLaren y Renault.
Raikkonen nunca aceptó los pesados galones del alemán y, aunque ganó de milagro el Mundial 2007, su ciclotimia nunca encajó. Para colmo Ferrari llegó tarde al descontrolado reglamento de los difusores, avanzó en 2009 con el pie cambiado y el accidente de Massa en Hungría fue la puntilla a tanto caos. Pretérito. «Fernando llega en el momento justo de madurez. Es nuestro hombre ideal, justo lo que necesitamos», afirma Di Montezemolo, presidente de la Scuderia, Mientras, Schumi mira de reojo, añorando su juventud. Cuando eres crío y piensas en coches, sólo los ves de un color: rojo. La fascinación por una tonalidad que significa velocidad, pasión, leyenda y triunfo. Ferrari deja huella. Y ahora su marca es Alonso.
Las nuevas soluciones mecánicas insuflan gran ilusión en el "paddock" tras un año terrorífico
El carácter latino y la pasión en cada esquina de Maranello seducen al entregado asturiano
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