donostia. La Real Sociedad se impuso con apuros pero también con justicia al Nástic de Tarragona, al que ahora aleja a 12 puntos, en un partido en el que el guardameta chileno Claudio Bravo fue el protagonista al marcar el único gol en un lanzamiento de falta directo. La Real estaba muy presionada antes de este encuentro por los reveses de las tres últimas jornadas y el hecho de que la mayoría de sus rivales obtuvieran el triunfo este sábado y redujeran las diferencias con los donostiarras.

Pero respondió bien el equipo de Martín Lasarte, que salió dominador en los primeros minutos y dispuso de dos ocasiones de gol en lanzamientos lejanos de Diego Rivas, atajado con seguridad por Rubén Pérez, y del capitán Aranburu, ligeramente desviado. El Nástic, según transcurría el encuentro, mejoró su rendimiento, realizó un gran trabajo de desgaste para estirarse en el tramo final del primer periodo, cuando tuvo su acercamiento más peligroso en un centro chut de Redondo que llevaba veneno.

Finalizaba ya la primera mitad cuando Anoeta vivió el delirio tras marcar el guardameta Claudio Bravo de falta directa, emulando al paraguayo José Luis Chilavert, un gran gol que fue celebrado con aclamaciones al excelente portero chileno.

Superó el conjunto de César Ferrando la conmoción que siempre supone encajar un gol de esta factura y, en la segunda mitad, se lanzó abiertamente al ataque, muy mejorado su juego con la sustitución de Jose Mari por el joven Alex Cruz. Un error claro de Mikel Aranburu, cuando remató solo en la misma línea de gol, permitió al Nástic seguir vivo en el partido e insistir hasta el último instante para lograr al menos el empate. A dos minutos para el final, Nsue tuvo la mejor ocasión de gol para su equipo.

Con este resultado, el cuadro txuriurdin se mantiene en la segunda posición de la tabla, empatado a puntos con el Hércules, que tampoco falló y se impuso al filial del Villarreal por 4-2.