vitoria. Cuando un equipo sufre dos derrotas seguidas y se encuentra con mil aficionados gritándoles a la salida de un entrenamiento, lo último que espera es que eso sea una visita de cortesía. Mucho menos si éstos colapsan el aparcamiento impidiendo la salida de los jugadores. Pero Grecia es otro mundo, y el Panathinaikos casi otra dimensión paralela en el baloncesto continental. En su caso, ese millar de enfervorizados seguidores no estaban allí para linchar a la plantilla de Zeljko Obradovic hasta convertirla en yogur. Habían acudido para animarlos y mostrar su apoyo.

No sólo eso. En realidad, la hinchada de la escuadra helena estaba allí con un objetivo muy concreto: evitar que al laureado entrenador serbio se le pasara por la cabeza presentar su dimisión, tal y como se rumoreaba la noche anterior tras caer de forma sorprendente y estrepitosa ante el Maroussi. La segunda derrota del Panathinaikos en sendos partidos del Top 16 -antes cayó en el OAKA frente al Partizan- convierte su duelo de esta noche contra el Barcelona en un combate a muerte. El que pierda tendrá todas las papeletas para quedarse fuera de los cuartos de final.

Sin embargo, incluso si el vigente campeón de la Euroliga se desploma definitivamente, parece que sus incondicionales tampoco se echarán las manos a la cabeza, a juzgar por el grito que lanzó uno de los fans del cuadro verde cuando Spanoluis les pidió perdón por los dos varapalos. "¡No os disculpéis! ¡Habéis ganado a todos los equipos europeos, ahora no nos importa que perdáis contra todos! ¡Os seguiremos apoyando!", vociferó uno de los mil fanáticos presentes en el entrenamiento del pasado viernes.

Ante semejante panorama, no es de extrañar que el antiguo técnico del Real Madrid cambiara radicalmente su intención de dimitir, aunque realmente sus motivos iban mucho más allá del mal arranque en esta segunda fase de la competición europea. Cuando el equipo de Atenas se encontraba recluido en su vestuario después de perder ante el Maroussi -tercer equipo ateniense y rival del Caja Laboral en la liga regular- por 80-78, Obradovic y sus pupilos recibieron una visita que al preparador no le hizo ninguna gracia.

Thanassis y Dimitris Giannakopoulos, copropietario el primero e hijo del otro dueño el segundo, recriminaron a los jugadores su actitud -y sus abundantes juergas- durante cerca de una hora. Una intromisión que Zeljko Obradovic consideró flagrante e inaceptable. A pesar de todo, las aguas volvieron a su cauce -al menos de momento- y este fin de semana el Panathinaikos viró su rumbo venciendo al Panellinios en la liga helena.

Esta tarde, el partido en el Palau dictará sentencia, sobre todo si el Partizan cumple el pronóstico y vence al Maroussi. De ser así, griegos o catalanes darán un paso definitivo hacia un precipicio que finaliza en rotundo fracaso. En definitiva, un partidazo en toda regla.

montepaschi-real madrid Mientras, el resto de la tercera jornada se completa con la visita del Real Madrid a la cancha del Montepaschi dentro de un grupo en el que sus cuatro integrantes -Maccabi y Efes Pilsen se verán las caras media hora antes- están igualados con un triunfo y una derrota en su haber. Tras esta jornada, la primera vuelta del Top 16 quedará finiquitada.