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el ascensor

Quinto título europeo y tercero consecutivo; a la selección de fútbol sala no hay quien le tosa en el Viejo Continente. Un dominio insultante que quedó patente en la final en la que, pese a los apuros finales, no habría sido de extrañar una nueva goleada, porque el portero portugués fue la figura del partido.

Bernabéu habría aceptado la sanción, abroncado públicamente al jugador y exigido que pidiera perdón a Mtiliga. Eso se llamaba señorío. Lo que el actual Real Madrid practica es lo contrario: protestar la tarjeta roja, criticar la sanción, azuzar a la prensa madridista, quejarse del "villarato" y hasta gritar a Mtiliga cuando se va del campo con la nariz rota.

Selección fútbol sala

R. Madrid y Ronaldo