Urtain, el harrijasotzaile que quiso ser Uzkudun

vitoria. A finales de la década de los 60 del siglo pasado, la afición guipuzcoana se frotaba las manos. Un chico de Zestoa, duro como la caliza, saltaba al cuadrilátero y tumbaba a sus rivales sin aparente esfuerzo. El Morrosko había ganado 31 combates seguidos, 27 de ellos por K.O. "Es el nuevo Uzkudun", vociferaban los aficionados vascos mientras las tertulias se avivaban con el fuego de las apuestas. Lo cierto es que a priori la figura de José Manuel Ibar, Urtain, tenía muchas similitudes con la de Paulino Uzkudun, el gran campeón de los años 20 y 30. Los dos eran guipuzcoanos, provenían del mundo rural, habían sido aizkolaris -aunque Urtain se prodigó también con las piedras-, militaban en los pesos pesados, ambos tenían un récord de victorias impresionante, los dos poseían una masa muscular parecida, levantaban pasiones entre el público y realizaban espectaculares malabares tras los combates.

Hasta ahí las coincidencias, porque mientras Paulino Uzkudun fue un grandísimo boxeador que se midió a las mejores figuras de su tiempo (Joe Louis, Primo Carnera, Harry Wills...), Urtain se labró una carrera discutida y salpicada por monumentales escándalos de los que se hizo eco la prensa de la época. "Sus adversarios están derrotados antes de salir al ring", escribían en Informaciones, mientras que otros, como Nuevo Diario, eran más explícitos si cabe: "Tongo, tongo, tongo". Combate tras combate, el camino del de Zestoa fue allanado hasta que se midió a Henry Cooper, que le enseñó que el boxeo era algo más que amaño.

Aun así Urtain consiguió proclamarse campeón de Europa de los grandes pesos en dos ocasiones y en su etapa final como púgil habría que reconocerle, al menos, cierto coraje. No pasó de ahí. El propio Uzkudun, ya sexagenario, describía con estas sinceras palabras el quehacer de su paisano: "Urtain es un chico fuerte que ha escogido un mal camino. Se lo han dado todo hecho y se acostumbró a ello. Dudo de sus triunfos, porque llevo muchos años en esto y las cojo al vuelo. Es un bluff y además va a ser muy difícil que cambie. Creo, insisto, que todo esto es una patraña que, unido a otras cosas, está sirviendo para matar el boxeo".

José Ramón Argoitia, aficionado y estudioso del boxeo, tampoco tiene dudas al respecto: "Uzkudun ha sido el mejor boxeador vasco de todos los tiempos. Urtain no podría ni llevarle la maleta. Lo mejor que se puede decir de Urtain es que avivó la afición por este deporte. Lo suyo fue una campaña de marketing, poco más".

José Manuel Ibar, Urtain, tras una de sus victorias.