Vitoria. Sin sorpresas. Se cumplió a rajatabla el guión previsto de antemano. Gontzal Sanz y Raquel Llamas fueron ayer profetas en su tierra y cumplieron sin grandes apuros los pronósticos previos que les situaban como claros ganadores de la Media Maratón de Vitoria, celebrada en unas condiciones de extrema dureza.

Los atletas alaveses no hallaron ningún tipo de oposición para reinar con comodidad en una carrera presidida por la gélida temperatura, por momentos de bajo cero. Para Sanz, fue su tercera victoria consecutiva en una prueba con la que mantiene un idilio especial. En cambio, Llamas -fichada para esta temporada por el club navarro Hiru Herri- estrenó su casillero en la primera ocasión en que tomó parte.

Sin embargo, el hecho más noticioso de la prueba residió en los casi 700 atletas que, a última hora, declinaron la posibilidad de calzarse las zapatillas. En la mayoría de los casos, su decisión estuvo justificada. Ante el enorme frío reinante hacia las 11.00 horas, momento en que se iniciaron las hostilidades, muchos optaron por invertir el tiempo en otros menesteres antes que calzarse las zapatillas.

Finalmente, fueron unos 2.300 los osados que desafiaron al tiempo en una matinal de perros. Y es que lostermómetros alcanzaron en ciertos tramos de la carrera los -2 grados, lo que convirtió en una pequeña odisea el simple hecho de cubrir los 21.097 metros.

La sal desparramada por los organizadores sobre los espacios asfaltados del itinerario de la prueba evitó resbalones y caídas. Incluso en una zona problemática como Zaramaga, con bastantes zonas sombrías, el riesgo de patinaje fue muy escaso.

sin amenazas De inicio, el ganador final pasó al ataque e impuso un ritmo frenético en compañía de Hossein Kaanache, que se erigió en una perfecta liebre para que el corredor alavés acabara firmando una excelente marca en línea de meta. Ambos tomaron la delantera sobre el resto de los mejores participantes del pelotón cabecero una vez cubierto el kilómetro 2.

Esa ventaja fue ensanchándose poco a poco hasta que Gontzal Sanz, en un alarde de sus facultades, decidió poner tierra de por medio y distanciarse de Kaanache para convertirse en un líder indestronable. Por detrás, nadie acertó a discutir su superioridad. Roberto Ruiz, a la postre segundo clasificado, siempre se mantuvo a una distancia sideral.

El alavés llegó a la meta, situada en las cercanías de Mendizorroza, con un brillante tiempo de una hora 6 minutos 48 segundos. Ni siquiera la falta de competencia y el hecho de correr completamente solo durante la mayor parte de los kilómetros le impidieron mejorar su registro de la pasada edición. En el podio le secundarían otro vitoriano, Roberto Ruiz, y el guipuzcoano Unai Sáenz de la Fuente, que batió in extremis en un apretadísimo sprint a José Antonio Blanco.

En la prueba femenina, más de lo mismo y dominio abrumador de una Raquel Llamas que invirtió una hora y casi 22 minutos en completar la exigente prueba. Sin rivales de peso que pudieran poner en peligro su clara superioridad, la alavesa vivió una plácida carrera. De hecho, la segunda clasificada (Ainhoa Sánchez) llegaría a meta casi tres minutos más tarde.

Los títulos alaveses de medio maratón puestos en juego en esta carrera fueron para Gontzal Sanz, el ganador absoluto, y Gemma Pérez Berasategi, octava clasificada en la general con 1.31:19.