BILBAO. Incluso fuera de cobertura, a contrapelo del calendario natural de la mano, trampeado con la creación de competiciones extemporáneas como el Masters BBK, a éste le rodea el aroma que ha vestido de leyenda y de pasión al Manomanista, a pesar de que es el juego de aire el que gobierna las luchas individuales a todo la cancha. Al menos cuando dos pelotaris de las dimensiones y la voracidad de Aimar Olaizola y Oinatz Bengoetxea se vacían en su cometido mezclando sacrificio, sufrimiento, defensa, ataque, carácter y un buen manojo de remates extraordinarios el espectáculo resulta fantástico.
Los 12.000 euros de recompensa por alcanzar la final, el premio de consolación, también suponen un acicate para combatir desde el alma cada pasaje del duelo.
Lo hicieron ambos en una semifinal muy pareja en la que se impuso el mejor fondo de armario de Aimar en el segundo acto, una vez atravesado el meridiano. Gozó el goizuetarra más que Oinatz en el juego a bote y por ahí se le escapó el billete al leitzarra, que contrapuso su sotamano y toneladas de pundonor.
En el tránsito del partido Bengoetxea VI alcanzó varios éxtasis con un par de ganchos, uno desde el cinco y medio sobrenatural, y una dejada en el txoko sencillamente genial.
Sin embargo, Aimar resistió los mejores instantes del leitzarra y además de varias ejecuciones marca de la casa se agarró a su pegada y a un buen saque para alcanzar la final del Masters BBK (22-18) que esta tarde en Eibar (17.00 horas, ETB-1) conocerá a su otro finalista en el duelo que mantendrán Martínez de Irujo y Sebástien Gonzalez. Cabe destacar que el frontón Labrit de Pamplona contó con media entrada para presenciar la primera semifinal del Masters BBK. De salida se cantaron posturas de 100 a 60 favorables a Olaizola II. Ejercieron de botilleros Asier Olaizola, con su hermano Aimar, y Asier García, con su primo Oinatz Bengoetxea.