SebÁstien hizo ayer un gran encuentro, jugó su partido. Pese a empezar mal su devenir en la cancha, mostró una gran confianza -apenas lo vi nervioso- y pasado el ecuador del duelo llegó a un nivel enorme. Se le notaba con mucha chispa en el remate.

El de Azkaine compareció templado, arriesgó cuando hizo falta, sobre todo con el dos paredes, y eso en la primera final que juega tiene un gran mérito. Quizá el hecho de no partir como favorito le ayudó; la presión estaba en el lado de Juan Martínez de Irujo.

Es difícil decir si ganó Sebástien Gonzalez o perdió Juan Martínez de Irujo, pero sí que creo que el de Ibero dio oxígeno al azkaindarra. El navarro cedió ciertos puntos de tranquilidad a su rival, lo cual acabó por rematarle. El de Azkaine aprovechó como un maestro el aire que le dejó su contrincante. El de Iparralde hizo uso de su capacidad de reacción para apoderarse del ritmo del partido y, finalmente, llevarse el gato al agua. Hay veces que Sebástien Gonzalez no acierta a aprovechar los regalos que le hace el rival, pero ayer no era un día de esos. Llegó un momento de encuentro en el que apenas falló ninguna pelota y eso decantó mucho de su lado el partido. Cuando comenzaron a igualarse en tantos, la gran actuación del azkaindarra en los momentos de tensión fue la que decidió buena parte de la txapela..

Es justo decir que esta final es un premio a tantos años de trabajo en el frontón. En este momento el zurdo de Azkaine puede vencer a cualquiera y eso no se consigue de la noche a la mañana. Sebástien ha aprendido muchísimo en todos estos años, como muestra su exhibición de ayer. Y todo ese trabajo merece, por lo menos, que Sebástien goze de una tarde como la de ayer. Es todo debido al gran esfuerzo que viene realizando durante toda su carrera Gonzalez.