BARCELONA. El técnico local, Mauricio Pochettino, presentó un once revolucionario para poner fin a la sangría de malos resultados. El argentino optó por el músculo -Baena y el reconvertido Forlín formaron el doble pivote- en detrimento de la calidad y por un poco más de velocidad en el ataque con Coro y Ben Sahar en vez de Tamudo e Iván Alonso.
El invento al hispano-argentino le funcionó durante quince minutos. Los locales salieron con mucha intensidad, ganas y pese a sus carencias en el centro del campo y sus pocas ideas futbolísticas, fueron superiores a un adversario que intenta salir de la zona complicada.
Un pase en profundidad de Pareja a punto estuvo de significar el primer gol de los españolistas. Callejón lo hizo casi todo bien menos definir. El granadino, que se desfonda en cada encuentro, volvió a malograr una clarísima oportunidad y a evidenciar su enemistad con el gol.
El Espanyol se fue apagando poco a poco y se mostró menos peligroso. Incapaz de genera fútbol en el centro del campo por las características de sus futbolistas, al conjunto blanquiazul sólo le quedaba aprovechar algún despiste de la zaga cántabro o alguna acción individual para lograr su objetivo.
El Racing se dio cuenta de sus opciones tarde al final del primer tiempo. Tchité, después de una jugada embarullada, perdonó un gol totalmente solo a escasos centímetros de la línea de gol. Ningún jugador visitante tampoco fue capaz de beneficiarse de un garrafal error de marcaje por parte de la zaga españolista en un saque de falta.
El conjunto cántabro sacó provecho de la candidez del Espanyol, que parece dispuesto a resucitar a todos los rivales necesitados. La defensa catalana regaló un gol en una falta botada por Canales que Henrique, central cedido por el Barça, remató sin oposición al fondo de la red (0-1).
Canales, que ante el Madrid a punto estuvo a ser el héroe de los suyos, fue el jugador más determinante del encuentro. Sin tiempo para la reacción, el Racing de Santander acabó de hundir a su oponente con un gol de su joven talento. La defensa volvió a flaquear y Canales no lo desaprovechó (0-2).
El Espanyol se bloqueó mentalmente y ofreció su peor versión.Pochettino reaccionó tarde y mal y fue abroncado por la afición cuando retiró a Ben Sahar del terreno de juego. El técnico, que no acertó en el once, también se equivocó en los cambios y demostró su escasa habilidad para dirigir al equipo.
El Racing disfrutó y abusó de su rival. Los cántabros, muy necesitados también, jugaron a placer. Pillud, en uno de sus innumerables errores, cometió un absurdo penalti sobre Serrano.Tchité no falló (0-3). El ex blanquiazul volvió a ser protagonista en Barcelona y le sirvió el cuarto en bandeja a Canales (0-4).
El juego de los españolistas fue preocupante, pero más lo fue el enfado de la grada que acabó pidiendo la dimisión del consejo de administración. Los seguidores blanquiazules, cansados de tantos proyectos desacertados, mostró su ira. La situación del Espanyol comienza a ser preocupante.
El Racing de Santander salió fortalecido de su visita a Cornellà-El Prat. Aunque los cántabros siguen en puestos de descenso, los tres puntos significan una inyección de moral y les permite mirar el futuro con más optimismo. En el Espanyol, en cambio, la situación se agrava cada día más.