BARCELONA. España redondeó su éxito para culminar la revalidación del título de la Copa Davis. Con las victorias de la jornada del domingo subrayó de forma evidente su autoridad. Marcó las distancias ante el cuarteto checo.

Nadal ventiló a Jan Hajek por 6-3 y 6-4 en menos de ochenta minutos. Ferrer despachó a Lukas Dlouhy por 6-4 y 6-2 en 58. España redondeó su triunfo en la final. 5-0, algo que no sucedía desde la primera eliminatoria del año 2008, en Lima, frente a Perú.

El equipo español respondió al apoyo ofrecido por los aficionados en el Palau Sant Jordi con la puesta en escena de sus dos primeras raquetas individuales sobre la pista a pesar de la nula relevancia de los envites.

Nadal y Ferrer, tal y como había sido establecido en el sorteo previo de la eliminatoria, saltaron a la pista para completar el trámite. No suele ser habitual que los hombres fuertes del combinado, con exceso de minutos sobre sus espaldas a estas alturas del curso, asuman los residuos del enfrentamiento.

España propinó al Sant Jordi, de nuevo escenario de la consecución de la Copa Davis, un gran espectáculo. A pesar del público que se dio de baja para el programa del domingo. Las gradas, atiborradas el viernes y el sábado, decayeron en la última sesión.

Especialmente en el segundo partido, el que jugó Ferrer. Jaroslav Navratil, sin embargo, no contribuyó a sostener el reclamo del cartel competitivo. Prescindió de sus dos pilares. Ni Radek Stepanek ni Tomas Berdych, que echaron el resto por los intereses checos desde el inicio de la final, se vistieron de corto para asumir el compromiso.

El preparador centroeuropeo dio paso a Jan Hajek y Lukas Dlouhy, actores secundarios durante todo el recorrido checo hasta la final.

El primero, que apenas creó contratiempos a Rafael Nadal, sólo había formado parte de una convocatoria con su país. En las semifinales que disputaron contra Croacia. También en un choque sin trascendencia, ante Roko Karanusic, al que superó por 7-6(7) y 6-4.

En su primer duelo ante Nadal apenas ofreció resistencia. La bastaron al español dos roturas para cumplir la gestión.

Dlouhy, reputado doblista, modalidad en la que ostenta el sexto lugar en la clasificación mundial, jugó en Barcelona su sexto encuentro individual en la Copa Davis. A pesar de sus virtudes en los partidos por parejas sólo ha sido empleado para el dobles en dos de sus seis convocatorias con la República Checa.

No fue capaz el jugador de Pisek de dar el punto de honor a su país. Perdió, en una hora de juego, por 6-4 y 6-2 ante Ferrer, que ensanchó su relación de triunfos en la Copa Davis. Once en catorce duelos.

España echa el cierre a su nueva conquista. La cuarta de su historia, en diez años y la segunda consecutiva. Es la clausura a la competición, que irrumpirá de nuevo en el próximo año. En España, contra Suiza y en tierra. Como marca la tradición.