vitoria. El primer gol lo marcó el canterano azulgrana Andrés Iniesta, una joya que provoca la envidia de infinidad de técnicos de todos los estilos que quisieran tenerle en sus filas. El de Fuentealbilla renovó con el Barcelona hasta 2015, con un sueldo que le sitúa por fin en el mismo escalón de compañeros como Xavi, Puyol o Víctor Valdés. Hasta ahora, el contrato de Iniesta, de 25 años, le ataba hasta 2014 y su cláusula era de 150 millones de euros, mientras que actualmente asciende ya hasta los 200 millones.
Pero la mejora principal afecta a su bolsillo particular, con un salario que se duplicaría. Aunque no trascendieron las cifras oficiales, se habla de algo más de cuatro millones de euros como fijo. Ya se sabe que al Barcelona le gusta hacer contratos que incluyan unas variables, de ahí que no sea una quimera, ni mucho menos, pensar que ganará cerca de seis millones de euros al año. "Casualidad o no, lo cierto es que Iniesta vuelve a renovar su contrato con el Barça antes de un clásico", recordó el club azulgrana en su página web. Y es que el centrocampista ya oficializó su primera renovación el viernes 18 de noviembre de 2004, apenas dos días antes de que el Barcelona recibiera al Real Madrid en un partido de la duodécima jornada de la Liga, duelo que acabó con 3-0.
Desde entonces, no sólo es titular indiscutible del equipo culé y de la selección estatal, sino uno de los jugadores más carismáticos y aclamados del momento. De hecho, el mundo del fútbol empieza a referirse sobre él como ganador del Balón de Oro en años venideros. Además, es un favorito de Guardiola, su técnico, quien nunca ha ocultado su admiración por Andrés y aprovecha cualquier ocasión para ponerlo como ejemplo de deportista y persona. "Mi sueño es retirarme aquí", confesó ayer el jugador.
"Me gustaría terminar mi carrera y mirar atrás y ver que hemos logrado muchos títulos, que es lo que nos hace felices. Por eso lucharé", resaltó el mediocampista que el pasado martes impartió toda una lección ante el Inter. Apareció por todas las zonas del terreno de juego para dirigir la orquesta con su batuta, enloqueciendo con su velocidad y habilidad a la escuadra de José Mourinho. Es más, su figura es el fiel reflejo de un modelo que también recurre a la cantera y no sólo a la cartera. Con Xavi como escudero fiel, del que ha aprendido en los últimos años, también se comporta sobre el césped como extensión de Guardiola. El crack silencioso que habla en el campo.