n día más pero una jornada especial. Y viceversa. Artium cumplió ayer 20 años y se permitió algún que otro regalo, pero el museo quiso también ser sobrio y natural en su aniversario, sin estridencias ni fastos más pensados para el gusto mediático que otra cosa. Eso sí, que haya pasado la fecha no significa que la programación de actividades especiales que rodea a estos dos decenios haya terminado. Por de pronto, la entrada seguirá siendo gratuita en mayo como lo es en abril.

Fue la maestría de Nestor Basterretxea la que puso el broche ayer por la tarde a esta sencilla fiesta de cumpleaños. Los regalos, ya se sabe, hay que abrirlos al final. En este caso, el museo ha incorporado a su colección cuatro esculturas de gran formato del artista, que han sido cedidas por la familia del escultor y han sido instaladas en dos ubicaciones distintas del exterior del edificio. Se trata de cuatro piezas concebidas en los años 1960 y 1961, realizadas en hierro y acero corten, policromadas, que habían permanecido en el jardín del caserío de Idurmendieta en Jaizubia, Hondarribi, que fue estudio y vivienda del creador hasta su muerte en 2014.

Como explicaron desde Artium, las obras, que han sido sometidas a un detallado proceso de restauración, pertenecen a una "época transcendental" en la trayectoria de Nestor Basterretxea, de transición desde la pintura hasta la escultura. Familia, responsables del museo, autoridades y público en general acompañaron la apertura de la muestra al aire libre que se plantea con estas piezas: Gaua (1960), Sin título (1960-61), Sin título (serie Meridiano) (1960-2001) y Sin título (serie Meridiano) (1960-2001).

La instalación ha sido posible gracias al deseo de la familia del artista de facilitar su cesión mediante comodato. El museo cuenta ya con varias piezas del escultor vasco -pinturas, esculturas y obra gráfica- entre ellas, el relieve Macla (1959), que puede verse en la exposición Zeru bat, hamaika bide, y la escultura en madera Estela 1 (1946). "Las cuatro nuevas esculturas contribuyen a ampliar y diversificar la presencia del escultor en la colección", comentaron desde Artium en el final de una jornada de cumpleaños también marcada por las palabras.

Al fin y al cabo, los actos del aniversario se quisieron hacer coincidir con la programación que de manera habitual propone el espacio en torno al Día del Libro, celebrado de manera oficial el pasado 23. Así, desde las dos de la tarde, el auditorio del museo fue el escenario para la ya tradicional lectura pública y colectiva de textos de arte y cultura contemporánea, que contó con la participación de representantes del patronato de la fundación, de trabajadores del museo, de personas del ámbito cultural local y del público en general que se quiso sumar a una iniciativa que Artium siempre acompaña con el impulso, junto a otras entidades estatales, de una campaña de liberación de libros sobre la creación contemporánea.

Terminada esta parte, en otra de las salas del edificio de la calle Francia, se llevó a cabo una performance a cargo de la artista Itziar Ocariz. En concreto, se presentó Capítulo 2, V. W, en la que la creadora leyó repetidamente un fragmento del libro Una habitación propia de Virginia Wolf, solo que en cada repetición se fue eliminando una palabra. En paralelo a todo ello, se aprovechó el día para grabar, con los amigos y amigas de Artium, un vídeo en el que se repasarán estos primeros 20 años de historia.