Cuando pasen estos días de teórico descanso para la gran mayoría, el trabajo incansable volverá a acelerarse entre estas paredes. Eso sí, el escenario será algo diferente para los primeros grupos y solitas que vuelvan. Las instalaciones se han sometido a un cambio profundo y ambicioso. “Hemos dado un paso imprescindible”, apunta Txema Mascaren?a, fundador y responsable de Garimba Rekords, desde la sede del sello musical, ubicada en la calle Artapadura.

Justo ahora, este sueño nacido desde el underground en tierras tinerfeñas cumple 15 años. Diez desde que, tras pasar por Madrid, llegó a Vitoria para quedarse aquí de manera definitiva, igual que el también productor, realizador y músico onubense. La idea inicial partía de una necesidad, la de poder dar forma a los proyectos y a las inquietudes que tenía Mascaren?a en 2007. “Me parecía que podía englobar en una misma propuesta todo lo que implica la música para mí, desde los conciertos hasta el trabajo en el estudio pasando por la producción, la maquetación, la distribución y demás”. Poco a poco, además, el camino fue ensanchando sus márgenes para entrar también en el campo de lo audiovisual.

En ese proceso, de la labor centrada en el punk se pasó a abrir el abanico a otros géneros y a otros formatos, hasta que, con la llegada a Vitoria, decidió centrarse en el estudio, profesionalizando formas y fondos, una senda que ahora vive su punto culminante con el estreno de las nuevas instalaciones, donde la gran preocupación ha sido cuidar al milímetro la acústica del recinto. “Se ha hecho un trabajo muy serio que me ha costado una pasta”, dice con media sonrisa Mascaren?a, sabedor de que en la capital alavesa hay estudios interesantes pero también “gente que tiene locales acondicionados que dice que son estudios. Pero comprarte una tarjeta de sonido y un micrófono no te convierte en eso”.

A pesar de las dificultades laborales y empresariales de un sector como el cultural, máxime después de una crisis económica y otra sanitaria, Garimba Rekords ha conseguido encontrar el equilibrio “para sobrevivir”. Su fundador no olvida que “todo esto empezó como algo muy underground aunque con el paso del tiempo se ha ido profesionalizando y a día de hoy es mi negocio, mi fuente de ingresos. He hecho de mi pasión, mi profesión. Y puedo vivir de ello que no es poco”. Eso sí, “ojalá podría coger a más bandas y así tener precios más asequibles. Pero estamos donde estamos. No somos suecos, ni finlandeses; ojalá la cultura aquí estuviese al nivel en el que está en el norte de Europa”.

Un lugar donde grabar. Pero también un espacio donde hacer eso y encontrar, si se requiere, asesoramiento, producción y distribución. Ahí se encuentran dos de las bases fundamentales del trabajo diario de Garimba. “Mi especialidad siempre ha sido el rock, el punk, el hardcore y el metal porque es lo que me gusta, pero es evidente que sé trabajar con todos los géneros”.

Es más, de un tiempo a esta parte, se ha encontrado con una demanda importante de personas que quieren grabar góspel. “Ahí, me he encontrado con una clientela fija”, apunta Mascaren?a, al tiempo que señala que “aparece mucha gente que te sorprende, que te dice que solo canta en casa y luego te deja alucinado”. Algo parecido le pasó con la cantante y guitarrista Zoe. “Se presentó, tocó algo con la guitarra y lo vi claro”.

Como ella, son muchas las personas que acuden al proyecto. También desde fuera de Álava. “Viene gente de La Rioja, Navarra, Gipuzkoa y Bizkaia. Me sorprende porque hay unos cuantos que se hacen muchos kilómetros para venir”. Los tiempos cambian, eso sí, y aunque la demanda de discos se mantiene -en el último año ha registrado cinco-, “ahora se graba mucho single”. Sea por una vía o por otra, aquí el sello también permite la posibilidad de llegar en la versión digital a más de 150 plataformas.

Por unas cosas y por otras, “hay épocas en las que no tengo vida”, puesto que también, dentro del sello, tiene un área de management en el que en estos momentos están los alaveses Astoratuak y Repúblika del Miedo, así como los riojanos Libertad Incondicional. Bueno, eso sin olvidar que en los locales de la calle Artapadura que comparte con otros proyectos musicales también se hace cargo de la gestión del salón de actos que existe aquí, y que se quiere fomentar para hacer presentaciones de discos, clases magistrales y más actividades.

La cuestión es no parar. Igual que en estos dos años de pandemia. “Nos hemos tenido que buscar la vida para evitar los controles cuando había cierres perimetrales porque hay gente que venía de diferentes sitios. Para poder desarrollar un trabajo cultural hemos tenido que hacer de todo, con facturas, salvoconductos, contratos firmados antes de la pandemia y demás. No hemos venido a estar de fiesta, sino a hacer nuestro trabajo”. Y en ello sigue Txema Mascaren?a y su Garimba Rekords.

“No somos suecos, ni finlandeses; ojalá la cultura aquí estuviese al nivel en el que se encuentra en el norte de Europa”

También se lleva desde aquí el management de los alaveses Astoratuak y Repúblika del Miedo, y los riojanos Libertad Incondicional