Greg Daniels, creador de fenómenos televisivos como The Office, nunca imaginó que anticiparía el futuro con Upload, una serie estrenada en 2020 en la que es posible vivir en un entorno digital al “subir” el subconsciente humano. “Pensaba que estábamos pasando demasiado tiempo en las pantallas e imaginé a una persona que podía vivir toda su existencia en un mundo virtual. Ahora me siento como Charlie Chaplin en ‘Tiempos Modernos’”, reconoce Daniels. Dos años después, la segunda temporada de Upload -que se estrena esta semana en Amazon Prime Video- tiene menos de ciencia-ficción y muchos, quizás demasiados, paralelismos con el “metaverso” que diseñan las tecnológicas.

La serie arrancaba cuando su protagonista, encarnado por Robbie Amell, sufre en el año 2023 un accidente de tráfico (culpa de la conducción autónoma) y su novia millonaria (Allega Edwards) subía su subconsciente a una plataforma virtual para poder seguir llevando una vida “normal” en pareja. Pero esa vida “posmuerte”, en un mundo digitalmente avanzado, está llena de problemas: hay publicidad, no faltan las molestas “cookies”, el sistema falla y aparecen cargos económicos que despiertan la “conciencia de clase” en el mismísimo paraíso.

La sinopsis oficial de la segunda temporada de la serie dice que “Nathan se encuentra en una encrucijada en su vida. Su ex novia Ingrid ha llegado inesperadamente a Lakeview con la esperanza de fortalecer su relación, pero su corazón aún anhela secretamente a su ángel de servicio al cliente, Nora. Mientras tanto, Nora está fuera de la red y se involucra con el grupo rebelde antitecnológico The Ludds”. Es una segunda temporada llena de sátira en torno a los avances tecnológicos y los quebraderos de cabeza que todo ello nos puede traer.

“Al escribir la serie reaccionaba al hecho de que parece que seis grandes empresas de tecnología manejan el mundo y somos cada vez más incapaces de elegir cosas”, analiza Daniels. “Y eso es solo ahora, porque cuando Facebook controle el mundo virtual, todo será su propiedad privada y tendremos que ir a los dominios de Facebook para ver a nuestros amigos”, completa.

Las predicciones de Daniels, más que agoreras, suenan a una descripción del futuro inmediato. Mark Zuckerberg, el fundador de Facebook, sorprendió hace unos meses al anunciar los planes para su imperio: su compañía pasó a denominarse Meta con el objetivo de crear una plataforma virtual completamente inmersiva en la que será posible llevar una vida digital.

“Hay muchas correspondencias locas”, afirma Daniels, aunque él defiende que su idea surgió en los años 2000, cuando comenzaba la transición de lo analógico a lo digital, de las cintas al mp3, y él se planteó: “¿Cuál sería la última cosa que se podría digitalizar?”. Pues la mente humana.

Lejos del tono grave de otros productos de ciencia ficción, Daniels aprovecha para hacer una sátira como ya hizo anteriormente con los vicios de la política local en Parks and Recreation y la surrealista cultura laboral en The Office, dos prestigiosas series que alaban a su creador, nominado en 20 ocasiones a los premios Emmy.

En la segunda temporada, adelanta, habrá romances entre los avatares, quienes podrán diseñar a sus propios “bebés” gracias a una actualización de la plataforma, que también comercializará con sus sueños eróticos.