- La feria ARCOMadrid continúa una edición “más cercana a la normalidad” tras la anomalía de fechas del año pasado y empieza a coger fuerza con las ventas, si bien algunos de los galeristas principales empiezan a cuestionar si la figura del gran coleccionista de arte “ha desaparecido”. “Es en lo que veo que más ha cambiado la feria: los grandes coleccionistas ya no están”, señaló la mítica galerista Juana de Aizpuru, fundadora de la feria y presente en todas las ediciones desde hace más de 40 años. “Con la pandemia se ha visto esto mejor, no es solo en la feria. Ahora hay un coleccionista más modesto, gente que compra un cuadro para ponerlo en su casa y quizás han ahorrado durante un cierto tiempo para hacerlo. No es que cubran el hueco del gran coleccionista, pero es lo que ocurre ahora”, añadió.
En un punto intermedio se encuentra Helga de Alvear, quien precisamente participa de los dos lados --este pasado jueves confirmaba que, como es habitual, ya había hecho hasta ocho adquisiciones en la feria: entre ellas, grabados de Donald Judd, una escultura de Joël Saphiro o dos cuadros de Inés Medina en la galería José de La Mano.
“Si hay gente con mucho dinero, siempre pueden interesarse por las obras más caras. El gran coleccionista lo habrá siempre, pero es verdad que quizás está en otro tipo de arte, no en el más moderno y contemporáneo”, dijo De Alvear, mostrando en cualquier caso su “optimismo” por el desarrollo de la feria en cuanto a ventas.
La galería Leandro Navarro se caracteriza siempre por aportar obras de importante valor, en esta edición, la pieza más cara (conocida) está en su stand, un Miró de dos millones de euros,. Su propietario, Íñigo Navarro, está “en absoluto desacuerdo” con esa idea de la desaparición del gran coleccionista.“No lo comparto, creo que siempre estará ahí esa figura”, ha apuntado Navarro, poniendo como ejemplo sus “buenas expectativas” para esta edición en las que trae obras cotizadas precisamente por este tipo de coleccionistas. “Más complicado fue que saliera la edición pasada y acabamos relativamente bien”, ha incidido.
Enrique Vallés, coleccionista y vicepresidente de 9915, asociación de coleccionistas en España, incide que el interés de esta actividad “no ha caído en absoluto”, aunque sí reconoce la “redimensión” del flujo del mercado del arte debido a la pandemia de coronavirus.
“Ha ocurrido igual en cada realidad de nuestras vidas durante los dos pasados años. En España hay grandes colecciones, públicas y privadas, y grandes coleccionistas, que siguen apoyando con su labor la creación contemporánea, coleccionistas que ahora se reencuentran de nuevo con el medio y las características que le son propicias. Por eso creo que el coleccionismo de arte contemporáneo crece y seguirá creciendo”, defendió
Además, Vallés hace un apunte en relación al interés mediático que se genera con esta feria para algunas piezas. “La polémica por la polémica rara vez aporta interés salvo la notoriedad mediática. Otra cosa distinta, es que la obra genere, por su propio contenido y expresión, un grado de polémica interesante y útil para la sociedad”, dijo.
“El coleccionista busca una buena obra que le enamore, no creo que busque que sea o no sea polémica, ese es un aspecto que tiene que ver más con la globalidad de la obra”, concluyó.
La feria ha hizo público ayer datos de las adquisiciones. Entre las compras institucionales y corporativas figuran las de la Fundación ARCO que ha ampliado los fondos de su Colección con la adquisición de cinco obras. Por su parte, el Museo Reina Sofía, a través del Ministerio de Cultura y Deporte, ha invertido 370.000 en un total de 16 obras.
Huir del tópico. Huir del tópico de que es necesario tener mucho dinero o ser un experto en arte, estar dispuesto a “educar la mirada” y dejarse guiar por el gusto personal son algunas de las premisas que prueban que “cualquiera puede convertirse en coleccionista de arte”.
Perfil del coleccionista. La gente que se inicia en el mercado del arte, “está entre los 35 y 45 años” con un perfil notable de parejas que lo hacen juntas, apartando de sus sueldos unos 500 o 1.000 euros para comprar arte. La media de dinero invertido por los nuevos coleccionistas está entre 3.000 y 6.000 euros. Hay cuatro perfiles de compradores: están los “apasionados”, que lo hacen por amor al arte; los posesivos, que “necesitan tener la obra”; los que quieren invertir, y buscan una revalorización económica; y finalmente, los que compran desde la discreción.
El cuadro más caro de la feria es un Miró, por dos millones de euros.